PlayStation 4 Pro y Xbox Scorpio: fin de ciclo

Adiós a las generaciones de consolas

Los nacidos a finales de la década de los ochenta o principios de los noventa han sido testigos de avances tecnológicos que han cambiado totalmente todas y cada una de las pequeñas piezas que constituyen las industrias culturales.

En el caso de las videoconsolas, su sofisticación y potencia ha dado saltos cada aproximadamente seis años. Cada salto implicaba productos tan superiores a sus predecesores, que el concepto de “consolas de nueva generación” se hizo un merecido hueco el imaginario colectivo.

Nintendo 64 Kid
«Nintendo 64 kid«, un meme de los albores de Internet que representa perfectamente lo que era estrenar una consola nueva.

Esto, sin embargo, comenzará a cambiar cuando Sony lance PlayStation 4 Pro a finales de año: tras décadas acostumbrados a ciclos largos que acababan con el lanzamiento de una consola que dejaba obsoleta a la anterior, nos acercamos a un modelo de mejoras más pequeñas pero frecuentes.

El modelo “Apple

Existen multitud de factores que motivan este cambio de paradigma para el negocio de las videoconsolas. Uno de los de más peso puede ser el éxito del modelo de negocio de los teléfonos móviles y tabletas.

Un ejemplo de esto es Apple, que lanza versiones revisadas y ligeramente mejoradas de sus productos aproximadamente una vez al año. Se trata de un modelo que genera ingentes beneficios por la venta de hardware, y que incita de manera suave al usuario a actualizarse a la última versión.

Una persona con un IPhone 5s puede usar gran parte de los programas y funciones que acompañan al recién anunciado IPhone 7, pero con unas prestaciones inferiores: una cámara y batería obsoletas, una pantalla con una resolución menor, un tiempo de respuesta más lento al realizar cualquier acción…

Lo que le ocurrirá a un jugador que tenga que elegir entre PlayStation 4 o PlayStation 4 Pro es muy similar: si opta por la opción más antigua y barata, va a poder seguir jugando a los nuevos lanzamientos, pero con una resolución o efectos inferiores.

PlayStation 4 Slim VS PlayStation 4 Pro
La rediseñada PlayStation 4 (izquierda) junto a PlayStation 4 Pro, su versión más potente.

Pero el cambio de modelo no responde únicamente a la necesidad de imitar el exitoso ejemplo de los fabricantes de teléfonos y tabletas, sino también a una cuestión de potencia bruta y al peligro de perder al público que la exige.

La cuestión de la potencia

Si viajáramos a 2001, la generación de PlayStation 2, Xbox y Gamecube (con la pobre Dreamcast comenzando a agonizar) estaba regalando sus primeras joyas. Cada una de estas consolas presentaba juegos en su catálogo con tal nivel de sofisticación que difícilmente podría ser emulado en un PC de gama alta.

Algunos de los logros técnicos más impresionantes de ese año fueron Gran Turismo 3, Halo, Star Wars: Rogue Leader o Metal Gear Solid 2. Cada uno de ellos aportaba algo nunca visto en consolas o PC, ya fuera en materia de efectos visuales, físicas, fluidez del conjunto, inteligencia artificial, sistemas de control…

En cambio, si comparáramos el lanzamiento de PlayStation 4 y Xbox One a finales de 2013 y principios de 2014, nos resultaría imposible encontrar un título que pusiera en pantalla algo que no hubiera sido posible en un PC de gama media o media-alta.

Culpa de esto lo tenía el modesto hardware que se encuentra “bajo el capó” de ambos productos: una CPU comparable a la de un PC portátil modesto y una tarjeta gráfica AMD de gama media del año 2012.

Un ejemplo de esto es Ryse: Son of Rome. Se trata de un juego desarrollado por Crytek e inicialmente exclusivo de Xbox One. Posteriormente fue lanzado en PC con unos requisitos de hardware elevados pero no descabellados, siendo viable disfrutarlo en un PC de gama media.

Ryse Son of Rome
Ryse: Son of Rome es una maravilla técnica en Xbox One, asequible para cualquier PC de gama media.

La falta de potencia, sin embargo, motivó que estas consolas pudieran venderse desde el principio a un precio sensiblemente inferior al de sus predecesoras (al menos en el caso de PlayStation 4). Además, debido a los bajos costes de producción, las consolas no fueron vendidas por debajo de su precio de fabricación (Como ocurrió, sin ir más lejos, con XBOX 360 y PlayStation 3 inicialmente).

Esto hizo que generaran ingresos mucho más rápido, en un contexto de bastante incertidumbre alrededor del futuro de las consolas de videojuegos. La amenaza de los teléfonos móviles y del siempre presente PC hacía dudar de la viabilidad de estos nuevos productos.

El ansiado público hardcore

La apuesta por una potencia más contenida se antoja razonable si se toma en consideración el contexto que rodeó al lanzamiento de PlayStation 4 y Xbox One. En el caso de Sony es difícil no calificar de éxito rotundo la estrategia viendo los beneficios que su consola ha reportado.

Sin embargo, ambas consolas podrían estar condenadas a un ciclo vital (o generación) más corto. Lanzar un producto modesto con tecnologías como la realidad virtual a la vuelta de la esquina y con un hardware de PC cada vez más asequible y atractivo puede hacerte perder a parte de tu público.

De esta manera, el nuevo modelo de actualizaciones sucesivas frecuentes no se justifica sólo por la necesidad de “imitar a Apple”, sino por poder ofrecer al público tanto un producto asequible y funcional como uno más caro que ofrezca un rendimiento acorde con lo que se puede conseguir en otras plataformas.

Las diferentes estrategias de las tres grandes

Hasta ahora hemos hablado principalmente de Sony y su PlayStation Pro. Esto se debe a que va a ser la primera consola de este “nuevo modelo” en salir. Su apuesta para con el público hardcore es clara: más potencia y rendimiento, especialmente si tienes una televisión 4K.

Sin embargo, cuesta definir PlayStation 4 Pro como un producto premium: su precio (400€) no es excesivamente alto para lo que puede llegar a costar un PC o teléfono de última generación, y aunque es palpablemente más potente que su versión “básica”, no parece representar un salto comparable a los dados entre la primera PlayStation y sus sucesoras.

Ejemplo de esto es que, aunque su principal punto de venta es la posibilidad de jugar a juegos a una resolución de 4K, la consola no tendrá suficiente potencia como para mostrar los juegos más ambiciosos de su catálogo a esa resolución, y recurrirá a diferentes “trucos” para ofrecer una experiencia similar.

Microsoft, por su parte, ha lanzado una revisión de su no tan exitosa Xbox One y ha anunciado que en 2017 llegará al mercado su sucesora, llamada provisonalmente Project Scorpio. La compañía de Redmond ha apuntado que su futura consola será la más potente jamás creada, y que no será barata.

La sucesora de Xbox One se lanzará en 2017, y de ella sólo tenemos esta imagen de sus "entrañas".
La sucesora de Xbox One se lanzará en 2017, y de ella sólo tenemos esta imagen de sus «entrañas».

Esto evidencia que Sony y Microsoft pretenden diferenciarse a la hora de apostar por este nuevo modelo de sucesivas actualizaciones: Sony ofrecerá un producto más modesto pero asequible, mientras que Microsoft ofrecerá una consola mucho más cara pero también mucho más potente.

No nos olvidamos de Nintendo, pues pronto habrá detalles de su nueva consola, conocida hasta ahora como NX. Se trataría de un híbrido entre consola portátil y sobremesa de la cual pocos detalles más sabemos hasta la fecha.  Sin embargo, Nintendo ya ha lanzado una revisión de su Nintendo 3DS, llamada New 3DS, que sigue las directrices del nuevo modelo: la misma consola, con un poco más de potencia.

Todo tiene que cambiar para que… ¿Todo siga igual?

La percepción que el que suscribe estas líneas tiene de estos cambios es que son inevitables si se quiere seguir sacando beneficio del negocio de las videoconsolas. La revolución móvil y sus fórmulas para el éxito no son ajenas a ningún producto de consumo electrónico, y la posibilidad de jugar exclusivamente en PC cada vez resulta más atractiva para el jugador hardcore.

El éxito de las nuevas consolas dependerá de que puedan ofrecer experiencias no disponibles en otras plataformas. Esto no implica obligatoriamente contar con más juegos exclusivos, sino con ofrecer un sistema operativo rápido y cómodo, con unas funciones sociales completas y sencillas de usar.

Sin embargo, tal vez el jugador habitual de consola recordará con nostalgia unos saltos tecnológicos más palpables y unos productos más duraderos. Jugar a Halo, Gran Turismo 3 o Rogue Leader en 2001, recién llegado de PlayStation o Nintendo 64, difícilmente podrá ser replicado por estos nuevos productos.

Sobre Jaun Pérez-Urruti

Amante de los videojuegos, los coches, el cine y las tortillas de patatas (en ese estricto orden). Fan incondicional de Edgar Wright y el vídeo ese del príncipe gitano cantando "In the ghetto".

1 comentario

  1. A Sony y Microsoft les ha pillado el toro. Prometían una generación de 1080p y 60FPS asegurados y raramente lo han conseguido, y con el viro que quieren dar hacia la realidad virtual, necesitan mejores cacharros. Las opciones eran o sacar una revisión de la consola o meterles add-ons en plan Mega CD, y a estas alturas ya no se qué es peor, la verdad…

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