Estoy un poco harto, la verdad. No son pocas las veces que el discurso de la telebasura me haga simpatizarme con él, pero estoy en contra de los que están en contra. Desde hace un tiempo a acá, creo que en la televisión nada tiene sentido. Que el criterio de programación varíe según intereses económicos a nadie nos debería sorprender, pero que el término de la basura aumente día sí y día también me parece indigno.
Hace ya unas décadas que algún teórico definía al espectador a través de la teoría de la aguja hipodérmica (inyectar contenido a una masa inerte) pero no me resulta del todo factible. Cuando muchos ponen que la telebasura es contenido amarillo, rosa o incluso naranja, me opongo a esta definición y abro una reflexión que me hago empezando el año.
¿Por qué se llama basura a lo que entretiene, si la televisión es un medio rentable para ello? ¿Por qué se quiere democratizar la televisión cuando el 80% de su audiencia es producida en canales privados? ¿Por qué salen críticos a la misma cuando ninguno es experto en ella? ¿Por qué no te callas?
Alguno habrá que dirá que me calle yo, pero no creo que sea una reflexión adecuada para el tema que abro.