State of Affairs (NBC), tierra hostil para Katherine Heigl

Crítica de State of Affairs (NBC)
Crítica de State of Affairs (NBC)

State of Affairs (NBC), tierra hostil para Katherine Heigl

La lista de series sobre mujeres que tienen que luchar en un ámbito de trabajo dominado por hombres, no ha dejado de crecer desde bastante antes de que Ally McBeal se convirtiese en clásico. Tampoco lo han hecho los ambientes laborales en los que las diferentes protagonistas se desenvuelven, gabinetes de abogados, hospitales, programas de televisión y así hasta cansarnos y recurrir al etcétera. Sin embargo, desde hace algunos años parece haberse abierto un nuevo frente (y nunca mejor dicho) que mezcla la diplomacia, las relaciones internacionales y el espionaje.

Puede que Kathryn Bigelow arrebatando premios a su ex marido con películas de género bélico como el que da título a esta crítica o Claire Danes protagonizando éxitos instantáneos como Homeland sentasen un precedente, o puede que simplemente, que el resto de ámbitos laborales estuviesen ya demasiado vistos. En cualquier caso, no podemos ignorar el hecho de que las ficciones sobre mujeres lidiando con asuntos políticos se multiplican como las palomitas, pues al club presidido por la Carrie Mathison de Homeland y la Olivia Pope de Scandal, se sumaba recientemente Elizabeth McCord de Madam Secretary y ahora es el turno de Charlie Tucker, protagonista de State of Affairs, para hacer un homenaje conjunto al femenino que la Casa Blanca lleva implícito morfológicamente.

Katherine Heigl regresa con State of Affairs (NBC)
Katherine Heigl regresa con State of Affairs (NBC)

Entre tanta similitud temática, la NBC apuesta por el regreso televisivo de Katherine Heigl (Anatomía de Grey) y la firma en la producción de Joe Carnahan (The Blacklist) para intentar hacer de State of Affairs algo más que otra serie sobre mujeres americanas en un ámbito político dominado por hombres. Pese al esfuerzo, el capítulo piloto nos presenta demasiadas cosas que ya hemos visto antes: terrorismo islámico, espionaje internacional, secretos de estado y mujeres fuertes a las que lo profesional y lo personal se les mezclan peligrosamente, aunque esta vez todas ellas girando alrededor de Katherine Heigl y su personaje.

Como dice el dicho: “season nueva, vida nueva” y, si bien es verdad que aquella Izzie Stevens, a ratos desequilibrada y a la sombra de Grey a tiempo completo, queda lejos y Katherine Heigl se toma en serio a sí misma consiguiéndolo la mayor parte del tiempo, no resulta suficiente y las comparaciones con el personaje de Claire Danes en Homeland resultan inevitables. Por suerte, Alfre Woodard (Mujeres Desesperadas) como presidenta de los Estados Unidos, Dennis Boutsikaris (El legado de Bourne) y Adam Kaufman (Taken) arropan y enriquecen en la medida de lo posible, una serie quizá demasiado centrada en su protagonista.

Katherine Heigl y Alfre Woodard - State of Affairs (NBC)
Katherine Heigl y Alfre Woodard – State of Affairs (NBC)

Y es que, State of Affairs, es ante todo Charlie Tucker, analista de la CIA, viuda sin haber llegado a casarse, subordinada de la futura suegra, cabezota y profesional a la que, cuando las cosas parece que van a salirle mal, la intuición y un poquito de buena suerte se encargan de cambiarle las tornas. El piloto de State of Affairs está construido para presentarnos a esa Charlie que a pesar de lidiar con la pérdida de su prometido, sabe mantener la cabeza fría en su trabajo. Montajes paralelos (aunque un poco fallidos al comienzo del capítulo), momentos un poco The Newsroom a la hora de presentar la información del panorama internacional y varios frentes abiertos, ayudan a construir un ritmo ágil e incitan a que veamos el segundo capítulo.

Sin embargo, y a pesar de un estreno aceptable con más de ocho millones de espectadores, no podemos evitar preguntarnos si la serie de NBC podrá sobrevivir a ejemplos consolidados como Homeland o si el abuso sistemático del thriller de tinte político con nombre de mujer condicionará a los espectadores y se alejarán del producto ante la sensación de “esto ya lo he visto antes”. State of Affairs no es Homeland, tampoco llega a ser Scandal tomándose en serio, pero tiene una producción cuidada y una trama que puede enganchar a los amantes del género, si no tenéis reparos en darle una oportunidad podéis hacerlo a partir de enero en Calle 13.

Review Overview

6,1

BUENO

State of Affairs no es Homeland, tampoco llega a ser Scandal intentando tomarse en serio, pero tiene una producción cuidada y una trama que puede enganchar a los amantes del género.

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Sobre Alicia Montero

Graduada en Comunicación Audiovisual, soñando con una entrevista de trabajo en ‘Sterling Cooper & Partners’ y una casita en San Junipero. Compañera de viaje de Claire Fisher, usuaria de Oceanic Airlines y sin saber quién mató a Laura Palmer a pesar de pertenecer a la década de “Twin Peaks"

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