6.2 - 62%
62%
BUENO
Una segunda temporada más floja que su predecesora, pero pese a todo con momentos realmente cómicos, aunque su presencia es menor. Destaca la gran labor de los secundarios.
Tras una primera temporada que aportó un aire fresco a la programación de Netflix estábamos a la expectativa si esta segunda temporada de Unbreakable Kimmy Schmidt seguiría aportando ese toque de humor tan característico y tan propio de Tina Fey, guionista de la serie. Si bien es cierto que seguimos detectando la pluma de Fey su presencia parece más difuminada, dejando en global un guión con mucha menos personalidad respecto a su primera temporada.
Kimmy deja atrás definitivamente al reverendo y debe continuar enfrentándose a su nueva vida en Nueva York. Vivir en el siglo XXI ya no es una novedad en esta segunda temporada y las bromas que explotaban la incomprensión de este nuevo siglo por parte de la protagonista tienen menos presencia en esta segunda temporada de Unbreakable Kimmy Schmidt, una de las mejores bazas en su temporada inicial. La atención ya no se focaliza tanto en Kimmy y vemos como los secundarios que la acompañan y las aventuras que viven son cada vez más relevantes en el transcurso de la trama principal.
Sin lugar a dudas esta ampliación de tramas se agradece, pero lo hace en detrimento de la trama principal, y Kimmy ya no produce un atractivo tan potente como antes, y hasta la mitad de la temporada no vemos como su historia va ganando peso respecto al resto. Da la sensación, que al intentar ampliar el espectro argumental en los secundarios se olvidan del personaje que da título a la serie, incluso las situaciones de unos y otros en ocasiones discurren de manera paralela y no acaban de entrelazarse para dar al conjunto global una sensación más compacta.
Sin embargo hay aspectos que convierten la segunda temporada de Unbreakable Kimmy Schmidt en una serie entretenida. La presencia del personaje de Tina Fey es una baza que hace mejorar la serie, y su aparición a mitad de temporada dan el impulso necesario para que la serie no se quede estancada en su avance. Además, Jane Krakowski y su Mrs. White está pletórica y en los episodios donde no aparece se le echa en falta. Su visión de la vida y como afronta su caída en desgracia aportan a la serie la esencia que nos entusiasmó en la primera temporada. También saben sacarle mucho más jugo al personaje de Carol Kane, dándole más proganosmo en el devenir de la serie.
En definitiva, la segunda temporada de Unbreakable Kimmy Schmidt pierde un poco de fuelle respecto a la anterior temporada. La trama argumental y su narrativa es menos consistente, pero el buen papel de los secundarios y sus pequeños momentos de humor delirante, menos presentes pero igualmente intensos cuando aparecen, nos invita a aguardar para saber que nos esperará en su tercera temporada, sobre todo con ese giro final tan poco esperado.
Tráiler de la segunda temporada de Unbreakable Kimmy Schmidt