Scandal, serie original de ABC, que en España la podemos disfrutar en FOX. En la actualidad tanto en los Estados Unidos, como a este lado del Atlántico, sólo hemos podido disfrutar de dos temporadas. Habiendo sido renovada en Marzo del 2013 por otra temporada más. Noticia que era más que previsible, teniendo en cuenta el considerable aumento de capítulos que aconteció en la segunda temporada, un aumento de 17 capítulos respecto a la primera temporada, nos confirmaron que las cifras de audiencia respaldan esta producción y que su aceptación es cada vez mayor entre los espectadores.
Serie creada por Shonda Rhimes, que a muchos os sonara por ser la creadora de Grey’s Anatomy (Anatomía de Grey) y de su spin off, Private Pratice (Sin cita previa). Y, al igual que las dos anteriores producciones, Scandal es un melodrama cuyos personajes van tejiendo a la largo de la narración una red de vínculos sentimentales que el espectador va descubriendo a medida que se desarrolla la trama. En cada entrega de esta serie Oliva Pope (Kerry Washington) y su equipo resuelven crisis personales, políticas, económicas o de otra índole (y de otras índoles) a la alta sociedad de Washington DC.
Al visionar la serie, personalmente no pude evitar compararla con una serie parecida en el fondo, pero no en las formas. En mi opinión, guarda un gran parecido con Damages (Daños y Perjuicios), y aunque esta última se centra más en los procesos judiciales, ambas producciones son similares en fuerza y decisión en sus personajes principales por hacer todo lo posible para resolver los problemas y vicisitudes de sus casos, siendo en muchas ocasiones estas soluciones poco morales o directamente de dudosa legalidad.
Antes de entrar a analizar la serie, debemos hablar del elenco de actores y actrices que dramatiza la creación de Rhimes. De entrada casi ninguna cara nos es del todo familiar, posiblemente hemos visto a algunos en capítulos dispersos en alguna que otra serie. Pero sin embargo una cara que sí nos puede resultar familiar es la de Hery Ian Cusick, Finch, que aunque tiene una carrera considerable en el mundo de la TV y el cine, su cara nos devuelve al misterioso búnker de Lost …. 4 8 15 16 23 42….. Hery, encarna a un abogado de gran carisma y con cierto imán para las mujeres. El resto del equipo lo componen un Ex agente de la CIA, un abogado rescatado de Wall Street, una detective y una abogada inexperta. Todos aunque abogados, no ejerce como tal, pero a lo largo de las diferentes entregas de esta producción se nos va descubriendo que la abogacía no es lo único que comparten.
Otros de los personajes que va adquiriendo protagonismos a lo largo de las dos temporadas es Joshua Charles Malina, el cual podemos recordar por su papel en la mítica serie El Ala Oeste de la Casa Blanca (The West Wing). Joshua en esta producción encarna a un Fiscal el cual se va viendo cada vez más envuelto en los juegos de poder del equipo de Olivia Pope.
Aunque Henry Ian Cusick y Joshua Charles Malina son las caras más conocidas para el gran público, ninguno destaca por una actuación brillante. En el otro extremo, tenemos a Jeff Perry, Anthony Howard y, la ya mencionada, Kerry Washington, que con carreras televisivas menos conocidas interpretan personajes que destacan por encima de los demás por su acertada dramatización.
Primera Temporada
Sin querer desvelar el desenlace de la temporada, esta corta temporada nos presenta a un personaje principal, Olivia Pope, fuerte, decidida y que no duda en ningún momento en hacer lo que sea posible para conseguir resolver los problemas de sus clientes. En cada entrega solventa junto a su equipo crisis a la alta sociedad de Washintong, siempre desde una estrategia más natural de un profesional de las relaciones públicas o de la comunicación corporativa que desde una perspectiva legal o judicial.
Pero al mismo tiempo que vemos estos casos en primer término, al fondo va cobrando forma otra trama, que nos mantiene en vilo durante toda la temporada. En esta aparente trama secundaria, llenas de intrigas, secretos inconfesables, relaciones prohibidas y pasados inconfesables, van dando forma a un melodrama que te atrapa desde el primer capítulo y que te hace levantarte del sófa, preguntándote:¿Por qué Olivia Pope dejó de trabajar para la Casa Blanca?; ¿Quién es el amante secreto de Oliva Pope?; ¿Qué relaciona a todos los miembros del equipo de Olivia?; ¿Cuál es la verdadera motivación de Cyrus?; ¿Cuál es el pasado de Quinn Perkins? Y la más importante: ¿Cuánto de real puede ser está serie? Mucho… Poco…. ¿Seguro?
Segunda Temporada
Entre los dimes y diretes tanto amorosos como políticos, se desarrolla otros temas más profundos, o al menos así lo queremos analizar, porque si no sería simplemente cambiar médicos y pacientes por políticos y abogados. Durante las dos temporadas, pero sobre todo en la segunda, se pone al espectador ante varios conflictos morales, en donde actuar de forma correcta o incorrecta sólo es cuestión de la moralidad de cada espectador. Al ser una serie sobre política, estas cuestiones morales siempre tiene su base en la estrecha relación de influencias de por un lado, los poderes fácticos y por otro la influencia de los intereses particulares y las ambiciones personales, sobre el poder judicial, legislativo y ejecutivo, que en la mayoría de las ocasiones sólo benefician a un grupo reducido de personas o entidades.
Algunos aspectos técnicos
Nos llama la atención en ambas temporadas un recurso visual, que aporta el punto diferenciador a la serie. El recurso consiste en un montaje de fotos como si tuviéramos la máquina de fotos en modo de disparo “a ráfagas”. Recurso simple, pero llama la atención.
Se hace practica de otras técnicas visuales más usuales en las series contemporáneas, flashforward y flashback, a modo de relatos escuetos de momentos futuros o pasados, que aunque pueden no cobran relevancia en la línea de historia actual, será relevante llegado el momento.
Para cerrar este artículo, no me gustaría hacerlo, sin compartir mi opinión: esta producción es un melodrama con un claro corte clásico, pero que lo han aplicado a un “campo” hasta el momento poco explotada en el mundo de las series televisivas. Es una serie que aunque no supone una revolución narrativa como lo fue Lost, que tampoco reinventa un género como lo hizo House o lo es The Walking Dead, y que no se convertirá en un serie de culto como El Ala Oeste de la Casa Blanca o Los Sopranos, es una serie que están bien producida y guionizada, y por eso nos mantiene “enganchado” a la trama y a sus personajes, con lo cual la única cuestión que contará para el futuro de esta serie será.
¿Hasta cuándo nos gustará ser gladiadores?