Se le podrán achacar muchas cosas a la serie, pero el final de midseason de la segunda temporada de How to Get Away with Murder demuestra una vez más que es invencible en cuanto a giros de guion, adicción y adrenalina durante los 40 minutos que duran sus capítulos. Si su primera temporada ya puso sobre la mesa lo que Annalise Keating, sus compinches y sus discípulos eran capaces de hacer con tal de salvarse las espaldas, la segunda está yendo un poco más allá, complicando las cosas cada vez más y con los personajes en posiciones cada vez más difíciles de defender y proteger.
[Cuidado, spoilers hasta midseason de la segunda temporada de How to Get Away with Murder – 2×09 «What Did We Do?»]
¿Que uno de tus alumnos ha matado ‘por accidente’ a una fiscal del estado contra quien llevas toda la temporada enfrentándote? Metes en el ajo a todos los demás, y si hace falta acusas injustamente a uno de tus clientes por haberte ocultado información sobre su caso. Así termina una tanda de capítulos que empezó con un nuevo ‘flashforward’ hacia el futuro en el que Annalise Keating recibía un disparo en el abdomen con varios de sus alumnos en la casa como principales sospechosos. La segunda temporada de How To Get Away with Murder ha seguido la misma fórmula que la primera, usando ‘casos de la semana’ como lecciones que sus pupilos podrían aplicar perfectamente al caso de temporada: dos hermanos adoptivos son los principales sospechosos del asesinado de sus padres al ser los principales herederos de su inmensa fortuna y haber sospechas de comportamiento incestuoso entre ambos.
A partir de aquí, si habéis visto la primera temporada ya sabéis perfectamente lo que nos podemos encontrar. Giros, giros y más giros de guion, tanto en los flashbacks como en las resoluciones del caso que toque en cada capítulo, por muy complicado que parezca. Todo sale siempre según las necesidades de Annalise, y sino ella se encarga de arreglarlo para que así ocurra. Además de Emily Sinclair, la fiscal del estado archienemiga de Annalise, esta temporada conocemos también a su mejor amiga de la facultad, Eve Rothlow. Ella también acabará metida en los líos de Annalise al defender a Nate en el asesinato de Sam y enterarse de quien lo hizo realmente. Y esto nos lleva a nuevos secretos sobre Wes: Eve le conoce del pasado y eso se demuestra en la última escena del episodio, cuando en un flashback, ambas abogadas observan al pequeño Wes dar su versión de la historia el día de la muerte de su madre. La escena termina con Eve diciendo: “¿Qué hemos hecho?”. ¿Estarán relacionadas con la muerte de la madre de Wes? Si es así, ¿de qué manera? Un nuevo misterio para la segunda parte de esta temporada.
Otro de los ingredientes básicos de la serie son las relaciones que se establecen entre tantos personajes, dando mucho peso a sus relaciones sentimentales y sexuales. La evolución de Frank y Laurel, el asentamiento de la pareja Oliver-Connor, el despertar sexual de Michaella, el tira y afloja entre Asher y Bonnie o las relaciones de Annalise con Nate y su amiga Eve. How to Get Away with Murder, a pesar de emitirse en una cadena en abierto, no tiene ningún pudor en mostrarnos esas relaciones en todos sus aspectos, y permite construir mejor a los personajes, conociendo también sus debilidades y porqué actúan como actúan. Solo así se entiende, por ejemplo, el miedo de Connor cuando llega a su apartamento y se encuentra la nevera abierta, la leche en el suelo y Oliver desaparecido. Por Oliver sería capaz de ir a la policía y contarlo todo, aunque finalmente no fuese necesario. También así entendemos sus reacciones durante el episodio final de midseason de la segunda temporada de How to Get Away with Murder, cuando prácticamente todos entran en pánico ante la situación que están viviendo de nuevo.
Emily Sinclair lleva toda la temporada intentando destruir a Annalise, y como ella siempre encuentra la manera de anularla, Sinclair intenta que Asher sea su topo dentro de la casa a cambio de limpiar cierto caso de su pasado que podría tirar su carrera y la de su padre al retrete. Cuando Asher cree que la verdadera asesina de Sam es Bonnie, gracias a destapar otro gran trauma de su pasado relacionado con abusos a menores, él se echa para atrás y se acaba filtrando información sobre el caso de su padre, dejando a Asher huérfano por el suicidio de su padre y abandonado totalmente por su madre, que le considera culpable. Así se entiende que Asher atropelle a Sinclair en un arrebato de ira y, como siempre, Bonnie acude en su ayuda para intentar tapar las cosas. Ella y Annalise se meten e intentan cubrirle por miedo a que Asher vaya a la policía y acabe contando demasiado, pero cuando el resto de sus compañeros se niegan a repetir errores del pasado, Annalise le cuenta a Asher todo sobre Sam, Lila, Rebecca y el papel de cada uno en el caso.
Así, todos se ven obligados a colaborar, tirando el cuerpo de Sinclair desde lo alto de la mansión de sus clientes para cubrir las marcas del atropello. Y para que todo tenga sentido, Annalise elabora un plan para hacer que una de sus clientes, Catherine, que ha estado ocultando información sobre su caso (incluyendo la presencia del arma del crimen en la propia casa), parezca la asesina. Para que todo tenga más sentido, Annalise intenta que uno de sus alumnos la dispare para dar credibilidad a la historia, mientras Frank secuestra a Catherine, la droga y se la lleva al bosque para que no se acuerde de nada. Como ninguno de sus alumnos la quiere disparar, Annalise desvela que Rebecca está muerta, que lo supo todo el tiempo y estuvo engañando a Wes, y éste responde con un disparo en el abdomen en lugar de en la pierna, donde Annalise le había ordenado hacerlo. Ahí, Annalise le llama «Christophe», el verdadero nombre de Wes antes de que su madre se suicidara, y él descubre que Annalise ya le conocía de antes.
Gracias a los 8 capítulos anteriores y los distintos flashbacks, la serie consigue montar toda la historia sobre cómo se ha llegado al punto en el que estamos ahora en el final de midseason de la segunda temporada de How to Get Away with Murder, pero todavía quedan muchos capítulos por delante que explorarán las consecuencias de los actos de todos ellos. ¿Conseguirán salirse con la suya todos? ¿Caerá alguno en manos de la policía? ¿Confesará alguien? ¿Y qué pasará con el caso de los Hapstall? ¿Aceptará Catherine la culpa en un crimen que no ha cometido? ¿Será ella la culpable del crimen por el que se acusa también a su hermano? Si una cosa está clara, es que los 6 capítulos que quedan por delante van a seguir dando muchos giros, complicando la historia cada vez más y probablemente nos dejen otro gran cliffhanger de cara a su tercera temporada, que está prácticamente asegurada gracias a sus buenas audiencias a pesar de haber perdido seguimiento respecto al año anterior. Tenemos culebrón para rato.
Midseason de la segunda temporada de How to Get Away with Murder
6,75 - BUENA
BUENA
How to Get Away with Murder repite su fórmula una vez más, aportando muchísimos giros de guion a una historia complicada y rebuscada que vuelve a crear adicción. Un nuevo asesinato, un nuevo encubrimiento y muchos secretos ocultos se encargarán de poner a los personajes en una situación mucho más complicada de lo que habían estado hasta ahora.