Grandes series con mediocres envoltorios…

Grandes series con mediocres envoltorios…

En estos tiempos de prodigalidad en series de gran calidad, sobre todo en lo referente a Gran Bretaña y Estados unidos, es difícil tener tiempo para poder añadir una más a tu programación de la semana. En el entorno del blog es ya famosa la frase “Tantas series… y tan poco tiempo para verlas!”. Por si os lo preguntabais, acompañada de un apesadumbrado suspiro.

Por eso, las televisiones y medios en general deberían cuidar un poquillo más el envoltorio a través del que nos ofrecen nuevos oasis para aderezar la larga travesía en el desierto de cada semana. Porque un envoltorio equivocado puede dañar seriamente la imagen inicial de una serie y privarnos de la posibilidad de que se una a nuestra rotación semanal.

Todo esto me lo planteaba yo hace unos días mientras, para mi sorpresa, disfrutaba de mi primer capítulo de “El Mentalista”. Una serie curiosa, cuando menos, y de gran éxito en USA. ¿Por qué entonces mi inicial escepticismo ante la serie? Vamos a ello, retomando mi disgresión inicial…

Algunos de vosotros, nuestros apreciados lectores y lectoras, serán futboleros (o futboleras). Y  estoy seguro de que, cuando laSexta en su momento estrenó series tales como “El Mentalista”, o “Shark” anteriormente, no pudieron reprimir, como tampoco pude yo, un sentimiento de vergüenza ajena ante la auto-publicidad que los comentaristas del partido de cada jornada le dispensaban a dichas series. Denominando como “Mentalista del Partido”, o “Shark del Partido” a quienes con su pobre criterio consideraban como mejor jugador.

Y no es que siempre se equivocasen, por supuesto: allí estaba por entonces nuestro apreciado y recordado Andrés Montes para poner, a su manera, siempre singular, siempre diferente, pero a su manera, un poco de cordura en el asunto. Pero la realidad es que esa manera de “dar bombo” a sus nuevas adquisiciones, tanto en series, como en la actualidad en películas, me generaban, y me siguen generando cierto “mal rollito” que finalmente me hacía descartar la propuesta e irme por otros derroteros televisivos.

Afortunadamente, de vez en cuando te acabas tropezando con la serie o película en cuestión. Y si le das una oportunidad y paciencia, te encuentras con que, quizás, con un envoltorio diferente, en su momento, alguna que otra cadena podría haber tenido algún que otro espectador más.

Así pues, ojito con sus campañas, promociones y publicidades señores. Comprar una serie de calidad cuesta unos cuantos maravedíes a las cadenas. No los desperdicien.

Sobre Jesús Iglesias

Marketiniano de profesión con un especial aprecio hacia las series que nos hacen más llevadera la rutina semanal. Benditas series!

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