Si la temporada pasada teníamos esa diálogo rápido y abierto que decía aquello de «¿dónde está mi villana?«, el estreno de la segunda temporada de ‘UnReal’ nos traen a dos verdaderas villanas entre bambalinas como Rachel (Shiri Appleby) y Quinn (Constance Zimmer) que son capaces de fundirse a cualquiera que se le ponga por delante.
‘UnReal’ ya no es la obra de Adam Cronwell, ya no es el «quiero desnudos, pelea de gatas (…) quiero algo de buena televisión«, ahora la ficción transciende al poder de la mujer en la industria televisiva y a su vez en la importancia del objeto sexual en los shows televisivos.
Un compendio que eleva la obra como el mejor regreso (o uno de los mejores) de todo este 2016 que llevamos. Un excelente “We have a hot racist, an even hotter black-activist person and we have a terrorist. They will be at each other’s throats from night one. It will be a ratings bonanza.” que demuestra la inteligencia de los diálogos de los personajes, clave en la ficción-
Y como muestra clara de declaraciones la primera escena importante enfrenta dos ideas muy distintas. De un lado, el ascenso de las féminas como las hacedoras de un producto de oro y, por otro lado, un deportista de éxito envuelto en polémica que necesita una campaña de relaciones públicas para no devaluar su valor (al que acompañará Chet en su desdicha como personaje masculino desplazado por el ascenso del dúo protagonista).
Mientras unas disfrutan de un fiestón con alcohol y cocaína, el otro caza en una tribu como hace 20.000 años. Se plantea que lo primero es el éxito, el cénit a donde todo el mundo aspira, el referente al que todo el mundo quiere llegar. ¿Una verdad incómoda? Mucho más. Sin duda, unos momentos que convierten a ‘UnReal’ en una de las obras más irreverentes y listas de la televisión actual.
Pero no acaba todo ahí, porque vamos a ver como Chet volverá para intentar recuperar su trono o cómo las pretendientas querrán luchar por ese pretendiente «héroe de América» que se les promete o por cómo ahora las showrunners ya no son productoras pero quieren despellejar a todos vivos. Dos hacen más que uno, sobre todo cuando después de tantos años Quinn ha hecho a Rachel a su imagen y semejanza…o peor todavía. Estas dos pueden con todo y más.
El estreno de la segunda temporada de ‘UnReal’ se enmarca como una vuelta más pretenciosa, más ambiciosa, más inteligente y lo consigue de una manera solvente y directa, siendo además una serie rápida, graciosa, macabra y cínica, a partes iguales y ¡eso es lo que nos gusta!
Además, todo este reseteo lleva la serie a una nueva dimensión de entender a las mujeres como protagonistas de la televisión actual. Si bien muchos análisis declaraban que los caracteres fuertes e importantes para las féminas eran siguiendo patrones habitualmente atribuidos a los hombres (normalmente identificados como masculinización de la mujer; y donde no se hable de amor sino de trabajo, vaya estupidez por cierto), aquí tenemos a dos mujeres que trabajan a destajo en su puesto y tratan de igual a igual a ejecutivos, directivos o subordinados. Lo que debería ser normal, lo que es normal. Una realidad más que habitual en los últimos diez años en la industria televisiva y que se había visto poco hasta ahora.
Y es más que curioso que no sea esa posición de la mujer la que más nos llame la atención en este comienzo de la segunda temporada de ‘UnReal’, sino que aquí el elemento divergente, transgresor, es que el protagonista sea un negro llamado Darius Hill (B.J. Britt). Un color que debería arrastrar tras de sí a un target no ve más de 20 minutos un programa de telerrealidad. Ahora no solamente van a hacerlo, también van a suplicar por más minutos de esta telebasura. Esta GRAN telebasura.
Y lo dicho, en el estreno de la segunda temporada de ‘UnReal’ no importa el color, importa el rating.
Tráiler de 2×01 de ‘UnReal’
Estreno de la segunda temporada de 'Unreal'
Notable - 8.9
8.9
Incómoda, realista, brutalmente honesta. Podríamos estar horas calificando la nueva temporada de 'UnReal' y creo que no sacaría nada negativo.