El mundo del séptimo arte y el de la pequeña pantalla nos ha aportado a lo largo de su historia personajes, escenas, tramas, etc, que quedaron grabadas a fuego en el imaginario colectivo y que han ido produciendo una marca indeleble en varias generaciones. Dexter podrá será recordado entre otras cosas por una trama bastante original, y, sobre todo, por una frase que simplemente escucharla produce, en aquellos que hemos seguido la serie en V.O., una sensación de pavor, que te recorre todo el cuerpo.“Tonight, is the night”, repelús…aunque, seguramente descontextualizada en estas átonas líneas, lógicamente no nos produciría ese escalofrío.
Pero, si echamos una mirada ligera a la historia del celuloide, comprobaremos que hay muchas frases, sonidos o bandas sonoras que, a lo largo de historia de la televisión y del cine nos producen sensaciones semejantes. ¿quién no ha sentido angustia, miedo, terror… al volver a escuchar esos estrepitosos chirridos de Psicosis?, ¿o al volver a escuchar la banda sonora de El exorcista?. ¡Los vellos de punta! ¡Confiesen!, siempre volteáis la mirada hacia atrás…
Espero que para los amantes del séptimo arte y las series pase a la posteridad, la ya celebre: “Tonight´s thee night”. Porque Dexter va por su octava temporada y parece que fue ayer cuando Dexter Morgan se nos presentaba en el salón de nuestras casas con un caja repleta de láminas con gotas de sangre, su falsa y a la vez real vida y un código bastante inusual para asesino en serie.
A lo largo de las siete temporadas que ya hemos podido disfrutar de esta serie, Dexter Morgan nos ha enseñado su lado más despiadado y también su lado más humano. Nos ha mostrado sus pensamientos más radicales y su bondad más profunda. Además, nos ha enseñado su capacidad de amar, o la que puede llegar a tener un asesino.
Una serie que temporada tras temporada nunca ha defraudado a los espectadores. Tanto los guionistas como el elenco han sabido conducirnos por una trama en la que se nos muestra el otra lado de las historias policíacas. Pero, sin lugar a duda, Dexter, no se parece en nada al tradicional asesino en serie.
Producción de Showtime, que llegó a nosotros hace siete temporadas enfocando este género desde un punto de vista nuevo, con grandes guiones y con actores poco o nada conocidos hasta el momento del estreno. Se ha convertido en todo un fenómeno dentro de las parrillas televisivas.
Es una serie que grosso modo engancha fácilmente, que te mantiene en tensión y pegado a la pantalla, al mismo tiempo que te genera dudas razonables sobre algunos aspectos del ideario social establecido. Es un pecado capital visionarla doblada al castellano, ya que la voz del “oscuro pasajero” no tiene paragón, y al ser doblada pierde toda el “aura negra” y característica que le rodea. Eso nos lleva a poner en alta consideración la actuación de Michael Hall, soberbia, y aunque el resto de actores y actrices se encuentran a años luz de él, no terminan desentonando o bajando la calidad de la producción.
Así, llegamos a la octava temporada que muchos acusan de irregular o imperfecta,ya que no esperaban que los hechos fueran a ser los presentadores por los propios guionistas de la serie (a falta de un episodio). No lo compartimos y es que la serie de Michael C. Hall se ha cosido un traje a la perfección durante sus siete temporadas anteriores y ese traje no es más que la humanización del asesino en serie, de los sentimientos que Dexter puede llegar a tener.
Durante esta octava temporada se nos ha presentado a una Doctora Vogel que aterrizaba en Miami Metro para conocer cómo ha sido su creación psiquiátrica, cómo ha evolucionado ese pequeño bicho que mataba animales cuándo Harry llegó a su vida y que seguramente sea nominada a los próximos Emmys 2014 como secundaria. Se nos presenta a Hannah de nuevo con un papel más secundario que antaño, pero más decisivo y a algunos secundarios como Saxon y Zack que no han aportado mucho en esta temporada, pero que han hecho que veamos a un Dexter que quiera proteger a su familia, a su círculo más cercano…
Esta temporada ha sido suave, lo que ha hecho que para algunos sea diferente. Se nos han puesto a todos los actores en el tablero y hemos visto como ha sido su desarrollo emocional más que vital, a diferencia que otras temporadas. Hemos visto a una Vogel que al final después de tanta apariencia y fachada ha sucumbido frente a su hijo, a una Debra que ha pasado por diversos estados anímicos desde la muerte de LaGuerta, pero que ha sabido recomponerse y saber amar a su hermano por lo que es, a un Quinn con una trama absurda y sentimental, que puede acabar en boda en el último capítulo de Dexter. Además, un Ángel que quiere no ocupar todo el tiempo en la comisaría…
Lo que muchos han querido ver es a un Dexter que pierde el camino, que pierde la paciencia y cuyo mundo se desmorone. Además, sumarle una hermana desquiciada y reventada emocionalmente y que tuviera un «pasajero oscuro» también. Querían que ella fuera la que sentenciara a su hermano y hasta ahora eso no ha sido así. No podemos pretender que los guionistas sean nuestros «negros». Ellos deciden el camino de Dexter hacia la posible muerte o redención.
Y es que tal como dice él antes de su season finale: «Normalmente, éste es mi momento favorito, matar. El momento antes de matar, el matar en sí mismo, el momento de después. Pero, ahora no me apetece estar aquí. Siento un impulso mayor, no necesito matarte» Quizás, y solo quizás, Dexter ya no es el mismo que conocimos hace 7 años.Esta noche es la noche, saldremos de dudas.
Artículo conjunto de Francisco Cañete y Santiago de la Flor
Hubieran terminado la serie de Dexter llegando a Argentina en donde haría justicia a las victimas del holocausto matando militares Nazis.
¡Ostras! Ese final hubiera sido ya un crossover o algo.