
Crítica temporada 4 de Blue Bloods
Producción creada, producida y guionizada por Mitchell Burges y Robin Green, nos pone en la pista sobre la centralidad que obtiene la familia como elemento catalizador de la narración. Pareja en lo profesional y en lo personal, que ganaron varios premios cuando trabajaban con David Chase en Los Sopranos. Vuelven a poner a la familia como nexo de únion y vehículo de lo narrativo, la experiencia de ambos en Los Sopranos, es muy palpable.
Blue Bloods desde sus comienzos nos narra de forma moralista la forma de ejercer justicia, desde varios puntos de vista, cada uno relacionado con un miembro de la familia, los cuales de una forma u otra están relacionados con el sistema de justicia. Desde el abuelo, ex jefe de la Policía de New York hasta la hija, Fiscal del Estado, pasando por todas las escalas del cuerpo NYPD.

La moralidad y la familia, narrada desde una perspectiva cristiana, tiene una presencia más que notable. De hecho es una de las señas de identidad de esta serie de la CBS. Las referencias se escenifican de diferentes formas, sobre todo en las escenas finales dónde siempre acudimos a la comida familiar del domingo, tras acudir a la misa dominical. ¿Reflejo de la realidad de las familias norteamericanas? O por lo contrario, ¿se intenta rescatar un estilo de familia perdido en EE.UU.?
El protagonismo coralistico de esta serie, tiene una piedra angular en Tom Selleck (Fran Reagan) cabeza de familia y Jefe del Departamento de Polícia. Casi la totalidad de las tramas, pasan por el, el cual como “sabio supremo” es el que de una forma “incuestionable” va gestionando e impartiendo lecciones, justicia y sabiduría. Esto nos pone ante un personaje en demasiada posesión de la verdad, sólo cuestionado por su Jefe de Gabinete y su hija, Erin Reagan (Brigdet Moynahan). En esta cuarta temporada, también se unió a este conjunto de personajes que cuestionan y hacen mejorar al personaje de Frank Reagan, la Interventora General.
En esta cuarta entrega, los personajes no evolucionan ni se profundiza demasiado en ellos, significativamente. Incluso hay una total ausencia de argumentos seriales, de la construcción de una narración profunda, en favor de argumentos episódicos los cuales sólo desarrollan sus líneas maestras en pequeñas dosis semanales.
Esto supone un gran riesgo y reto, porque al no tener una trazabilidad, una evolución, si los espectadores no asisten a la progresión de los personajes, de las tramas o de la temática en si. Si no se articula un relato en sus infinidades de estructuras y desarrollos, los espectadores se cansarán de recibir, asistir a narraciones sin más aliciente de la pura resolucion de caso policiaco.
La fotografía de la serie sigue siendo la misma que desde el minuto uno, básica, sencilla y prototipica. Teniendo en cuenta que esta serie busca contarnos el sistema de justicia y policial desde el lado menos áspero. Con lo cual el juego de luces que se realiza en los planos puede resultar curioso, como en las escenas hogareñas se tiende a los claroscuros. Y las escenas en la jefatura de la policia son mucho más claras y equilibradas.
Hasta aquí nuestro análisis a la temporada 4 de Blue Bloods de Tom Selleck, ¿tú qué piensas?
Review Overview
5
Pasable
Temporada sin muchas novedades