Sarah Jessica Parker es historia de la televisión, eso es indiscutible. Mientras muchos siguen hablando de ‘The Sopranos’ como la serie que cambió el panorama televisivo, pocos se fijan en las fechas de emisión entre esta fabulosa obra de James Gandolfini y ‘Sex and the City’. La primera se emitió a partir del 10 de enero de 1999 y la segunda comenzó su andadura el 6 de junio de 1998 (seis meses antes), segunda ficción de HBO tras la infravalorada ‘Oz’, que fue la primera de todas de la cadena de cable empezando el 12 de julio de 1997. Si bien es cierto que ‘The Sopranos’ es incontestable en cuanto a su calidad y supuso la modificación de los patrones en guion y producción, ‘Sex and the City’ supuso la apertura de las ficciones al mundo femenino como elemento normalizador en el audiovisual (anteriormente hubo obras aisladas, muy contadas), entregándose por completo al target. La cadena decidió así apostar ya a principios del 2000 por dos roles independientes: las mujeres (principalmente) querrían ver las aventuras de una mujer de cuarenta años en New York y los hombres (principalmente) elegirían una recreación del clásico mundo de los mafiosos. Quizá ‘Divorce‘ no alcance para tanto análisis ni histórico ni social, pero es la vuelta de Sarah Jessica Parker a la televisión y eso es todo un evento noticioso.
Diez años después del final de ‘Sex and the City’, tras dos películas para olvidar, y una tercera en camino, Sarah Jessica Parker vuelve a HBO para interpretar a un personaje diagonalmente opuesto a Carrie Bradshow. Con los cincuenta años recién cumplidos, la actriz demuestra en ‘Divorce’ que es capaz de lucirse, que se quita de un plumazo las decenas de comedias románticas protagonizadas y nos muestra su registro dramático, contenida, triste, desubicada.
‘Divorce‘ tiene 10 episodios de media hora en los que se cuenta el largo proceso de un divorcio de una pareja que vive entre infidelidades y un hastío marital máximo. Tras la decisión de Frances (Sarah Jessica Parker) de dejar a su marido para siempre, su mundo se vendrá abajo cuando los abogados de Robert (Thomas Haden Church) entran en juego, un agrio juego. Con Sharon Horgan (cocreadora y coprotagonista de ‘Catastrophe‘) a la cabeza, tenemos entre manos de un guion sólido. El personaje de Frances se verá envuelta en una relación complicada y adulta, como la vida. Los ligues no son la parte esencial de la serie de HBO, a diferencia de ‘Sex and the City’.
Aunque no todos son luces en ‘Divorce’, ya que Thomas Haden Church no encaja del todo en su personaje de hombre engañado y desterrado, no tiene química con la gran Sarah. Éste traslada esa desgana en un tema tan anodino y común como el divorcio a su personaje, pero desde un punto de vista quizá demasiado aséptico en ciertos apartados. Otro de los puntos en su contra, es el escaso femenismo de la ficción. Lo que es una situación traumática en un pareja, parece ensombrecida bajo el punto «aquí no ha pasado nada, podemos ser superamigos«, y NO. Robert evoluciona entendiendo que todas las mujeres son el enemigo, como podemos ver ya en su segundo episodio y aunque vemos en él a alguien desconfiado y herido, su actitud a la hora de enfrentar el engaño de su mujer hacia sus hijos es algo moralmente reprochable, con bastante olor a misoginia y en cierta manera una narrativa contraria al igualitarismo.
Sea como fuere, la serie ‘Divorce’ es digna de ver y puedes aprovechar el mes de suscripción gratis a HBO España para ello. No pasará a la historia de la televisión, pero sí será recordada como la vuelta de una gran dama de la misma, al menos mientras se emita, porque sus 0,6 millones de espectadores de media no le dan mucho aire para renovar, pero HBO es impredecible en ese aspecto. Y aquí, como siempre, os confirmaremos si es renovada o no.
Tráiler de la serie ‘Divorce’
BIEN - 6.5
6.5
Crítica de la serie 'Divorce'
'Divorce' se pierde en la maraña interpersonal de sus protagonistas y sus relaciones interpersonales, aunque nos dan una buena comedia como resultado.