Witches of East End acaban su primera temporada hartas de poder

Witches of East End acaban su primera temporada

Lifetime intentaba hace escasos meses una reinvención del género de brujas con Witches of East End y aunque el drama ha sido un culebrón familiar mágico, ha terminado una primera temporada con un season finale que te deja con ganas de más y planteando un nuevo camino para todos sus personajes principales. Han hilvanado fino y han conseguido una historia de continuación coherente para sus protagonistas.

La cadena norteamericana ha renovado por una segunda temporada a Witches of East End, dándole 13 episodios en lugar de los 10 capítulos de la primera temporada. Por ello, parece ser que Lifetime quiere convertir a esta nueva producción en uno de sus pilares para resurgir como cadena de cable, ya que la cancelación de The Client List la deja sin dramas importantes. La audiencia ha ido erosionándose desde el episodio piloto que marcó cerca de dos millones de espectadores, pero manteniéndose en torno a los 1,5 millones de media (a falta de datos de su season finale)

A partir de aquí lee bajo tu reponsabilidad, ya que podrías encontrarme con spoilers de la trama que quizás no quisieras saber. Sobre todo, porque analizaremos hasta el capítulo 1×10 Oh What a World! de la serie de Lifetime.

Pues nada, la primera temporada de Witches of East End ha terminado. En la boda de Freya, la decisión de quedarse con Killian o Dash parecía tomada y es que el primero parece destinado a ser el Destructor que le decían las cartas y Dash su alma gemela. Por otro lado, Joanna y Wendy descubren la identidad de la cambiaformas, pero Athena tiene ya preparado para anular los poderes de Joana. Por último, en otro plano tenemos a Ingrid camino de abrir el portal con Mike, ese desconocido que apareció en la biblioteca de un día para otro.

Athena ha robado los poderes de sus hijos Dash y Killian porque necesita más poder para enfrentarse a Joanna, una bruja muy superior a ella. Ellos no saben nada ya que se los quitó cuando eran pequeños. Ahora, mi pregunta es como es posible que pasaran cien años desde que murió el padre de Athena y se conserve tan bien sin ser inmortal. Además, uno de sus hijos en los años 20 era el amante de una anterior Freya. Un poco de incoherencia argumental en esta parte.

Así, todos los actos confluyen y convergen en uno. Joanna se libra del encantamiento de Athena y junto a su hermana Wendy la mandan al crematorio. De repente sus hijos y Freya recuperan los poderes que ella les quitó (por lo que podemos dar al personaje por muerto en un principio) e Ingrid s encuentra abriendo el portal a Asgard junto con Mike (¿dónde estaba Víctor?) Abre la puerta a pesar del intento de su madre de apartarla y una luz cegadora se abre paso quemando a Víctor y dejando sorprendidas a las Beauchamp.

La verdad es que el piloto final ha carecido de ritmo y solamente a partir de la mitad del mismo las acciones empezaron a tener acción y las historias a tener algo de sentido. Digo sentido porque nadie se casa sabiendo que quieren asesinarle en una casa en concreto, pero como estas brujas son así de aprensivas…

Los personajes secundarios de Mike y Víctor han aportado algo de dinamismo al argumento central, dándole más empaque, que por otro lado necesitaba mucho para quitarse el cartel de culebrón familiar mágico (que por ejemplo The Originals también es así, pero con un aire menos drama telenovela)

Sus efectos especiales quizás (junto con el ya mencionado exceso de drama familiar) es lo que más ha fallado a lo largo de esta temporada. Las apariciones de la postproducción son bastante escasas para considerarse una serie de ciencia ficción como la propia cadena anuncia. Algunos ejemplos como los efectos de luces y sombras, el fuego o el «flower power» han causado una fuerte pérdida de confianza en el equipo de efector del equipo, pero consiguieron redimirse un poquito con esa puerta de Asgard abriéndose y Mike quemándose vivo.

Witches of East End acaban su primera temporada siendo un «placer culpable» sin mucha pretensión, pero con unos actores principales lo suficientemente buenos como para hacer que te interese la trama de la misma, convirtiéndola por eso en algo adictiva.