Y van nueve. Serie longeva donde las haya, vuelve a abrir el telón para 24 capítulos más, dónde veremos a los más sádicos asesinos, perturbados secuestradores o brutales violadores, entre otros criminales. Es verdad que hace nueve años, más o menos, esta producción fue un revulsivo para el género, pero después de tantas temporadas, el frescor se evapora, y es algo que en Mentes Criminales empieza a notarse con frecuencia.
Producción que,en este mundo de la televisión, ha pasado por casi todos los estados posibles; ha tenido temporadas excepcionales y espantosas, tuvo su spin off y su crossover, y una gran variedad de niveles de audiencia. El Equipo de Análisis de Conducta del FBI ha pasado por infinidad de situaciones tanto personales, como profesionales. Y aunque han sufrido muchas bajas, sobre todo y curiosamente en la jefatura, hay algunos miembros que siguen al pie del cañón desde el primer día, caso de García, JJ, Hotchner, Morgan y Reid.
En estos diez primeros capítulos veremos casos en los que, por ejemplo, un criminal secciona intencionada y calculadamente partes del cerebro de sus víctimas y posteriormente las libera, generandoles torturas psicológicas impensables. O un complejo de inferioridad tan grande que lleva al criminal a insertar cámaras en los ojos de las víctimas para poder retransmitir en directo su macabra “obra”, y así el mundo pueda admirar su trabajo. También el odio racial, la brujería o trastornos afectivos serán argumentos en esta temporada.
En la octava temporada, las circunstancias personales, sobre todo las relacionadas con Doctor Reid tomaron un protagonismo especial, sin embargo en esta entrega la vida privada de los miembros del equipo pasan casi desapercibidas. A excepción de un capítulo en el que Aaron Hotchner se resiente de las puñaladas recibidas en temporadas anteriores. Poco más, de hecho, hay miembros del equipo que transitan por esta, novena temporada, un poco desapercibidos, como puede ser Blake, ocurriendo en ocasiones incluso que uno se olvida que está en el equipo, en las escenas.
Tras cerrar la octava temporada con el caso “El Imitador”, gran capítulo y buen cierre. En dónde la Directora Strauss es drogada y asesinada, por el asesino que imitaba los crímenes resueltos por la UAC. Hace llegar, con la nueva temporada, nueva dirección al departamento, este nuevo director de perfil totalmente distinto a la controladora Strauss, se nos presenta misterioso al mantener una relación no revelada con JJ, que aunque sabemos que no es sentimental, desconocemos sus fines y motivos. ¿Intentan investigar al equipo? ¿A alguien en concreto? Sólo queda esperar que la respuesta se nos desvele a lo largo de los episodios que restan a la temporada.
Es verdad es, que por el momento, Mentes Criminales no tiene una trama principal que sirva de hilo conductor de la serie en esta novena entrega, se está configurando en casos aislados que resuelven casi de forma sistemática y con pocas particularidades. Este estilo narrativo ya ha sido utilizado por ésta y otras producciones en infinidad de ocasiones, y casi siempre con malos resultados. Pues los casos deben ser tan impactantes y singulares para conseguir que los espectadores estemos esperando con ganas el siguiente episodio, el siguiente crimen espeluznante, que normalmente no lo consiguen. Sin embargo, cuando este tipo de producciones se basan en una trama principal apasionante que nazca, se desarrolle, culmine y muera en una temporada, normalmente consigue que las audiencias se mantengan pegadas a la televisión todas las semanas con cierta facilidad y éxito. Mentes Criminales también usaó en el pasado esta forma narrativa, y casi siempre, las audiencias respondieron mejor, que cuando usaron la configuración de casos sigulares y diferentes entre sí. De hecho en muchas ocasiones han recuperado espectadores que se habían perdido por el camino.
Como sabéis esta producción es de CBS, la cual sigue obteniendo buenos datos de audiencia en USA por esta serie, cuya novena temporada todavía no hemos podido disfrutar en España en ninguna cadena generalista sólo en AXN. En Norteamérica esta consiguiendo una media de 11 millones de espectadores por emisión. Por lo contrario aquí en España, su octava temporada no fue muy seguida, ya que casi no llegó al millón de espectadores por capítulo y con un share, que cayó en picado cada semana, hasta un 5,8% en algunas emisiones.
¿Qué casos nos deparará el resto de temporada? ¿Criminales fuera de toda imaginación?¿Crimenes que nos dejen sin palabras?¿Traumas o enfermedades mentales desconocidas? Esta serie capaz de buenas y malas temporadas, siempre nos puede sorprender o aburrir, esperemos que el resto de esta temporada sea terroríficamente criminal.