[AVISO: CONTIENE SPOILERS]
La duda. La ausencia de información. ‘The Leftovers‘ es eso, la angustia que «el no saber» provoca en el 98% de la población, en el 98% de las personas que se quedaron y que vieron como sus allegados se volatilizaron sin explicación aparente. La fe y la falta de ella vienen después, en Garden, en Miracle. Es la historia de la humanidad, ¿no? ¿Cómo se crean las religiones y las creencias? Cuando carecemos de los datos que explican todo lo que nos rodea recurrimos a la imaginación, a las deidades, a la fe. ¿Estáis de acuerdo? Tenemos fe en que algo es así para aliviar la angustia del «no saber«. También recurrimos a la ciencia, o a las hipótesis científicas. ¿Es la ciencia una fe? Supuestamente no, pero una hipótesis es una suposición a la que te aferras. Esta angustia es más fuerte si por medio está la muerte. Porque la muerte es real, llega y nadie la conoce.
Esto es ‘The Leftovers’ y lo que intentó ser ‘Perdidos’, ¿o lo fue? Damon Lindelof, bajo el pilar de ‘Ascensión’ de Tom Perrota, el asesoramiento de este y la magnifica dirección de Mimi Leder, ha ejecutado con suma inteligencia una serie de televisión con un discurso muy medido, progresivo y emotivo que recoge las extravagantes perspectivas de sus brillantes personajes sobre una situación en sí bastante peculiar. La serie creció en su segunda temporada y volvió a crecer en la tercera y última. Los acontecimientos se redirigían, cambiaban el trayecto de lo antes conocido para seguir el mismo discurso.
Tras el polémico final de ‘Lost’ hace 7 años, la credibilidad de Damon Lindelof bajó en picado. Había creado expectativas muy altas con los misterios de la alocada isla del pacifico para pedir, exigir, un salto de fe al final. No todo el mundo aceptó tal exigencia y aquí llegaron los problemas. Con ‘The Leftovers’ avisó, y el que avisa no es traidor, de que no habría respuestas sobre la partida repentina del 14 de Octubre. Tal y como reza el estribillo de la cabecera de la segunda temporada, «let the mystery be». Lindelof, la serie y esta vez también el público se adentran en las vidas de unos personajes buscando la emoción más allá de las respuestas.
Y a pesar de todo ello, «The Book of Nora» -el episodio final- sí da, en cierto sentido, una explicación. Si «sabemos» dónde fue el 2% de la población, o quizás dónde están ahora. Pero solo si lo crees. La serie está tan magníficamente elaborada, y el episodio final está tan bien escrito y dirigido, que puedes llegar a dos interpretaciones. Una vez más la dicotomía de la fe y la falta de ella, puedes creer o no creer. La serie funciona por igual con ambas interpretaciones. Lindelof no muestra las vivencias de Nora en imágenes porque tú debes decidir, al igual que Kevin, si creerlas o no. Si creer que Nora viajó a esta realidad paralela dónde los desaparecidos son el 98% de la población, o no creerla y dejar el misterio estar.
Es algo individual.
También es el final de ‘Lost’ en el discurso y en los códigos para llegar él. ‘The Leftovers’ siempre fue ‘Lost’. ‘Lost’ a la inversa. Los que desaparecen, los que se quedan. El hombre de blanco, el hombre de negro. El hombre y su perro. La ciencia y la creencia. Los duelos cósmicos. El bien y el mal. La locura y la cordura. La soledad y la compañía. La duda, la angustia, el pozo, el búnker, el submarino, Australia. Los viajes al purgatorio con forma de universo paralelo, ¿o el universo paralelo con funciones de purgatorio?
Lo que diferencia a ambas series, y aquí puede residir en parte el gran fallo de ‘Lost’, es que esta obliga al espectador a dar un salto de fe. Locke simbolizaba la fe, Jack la falta de la misma. Pero el trayecto de nuestro médico lo hizo cambiar de opinión. Es el viaje de Kevin. Pero Jack tuvo que dar un salto de fe en ultima instancia. Y el espectador con él. La serie no nos había preparado para ello. Muchos lo aceptamos y acompañamos a Jack en este último trayecto, y otros no aceptaron el reto y se quedaron con un final insatisfactorio.
En ‘The Leftovers’, Lindelof no nos obliga a dar ese salto de fé. Nos lo propone. Y, sea cual sea nuestra decisión, el final es igualmente válido y satisfactorio. Ese último reencuentro de Kate y Jack antes de llegar a la polémica iglesia, dónde se reconcilian después de una vida separados, es el reencuentro de Nora y Kevin. Pero aquí, en ‘The Leftovers’, ambos regresan de este lugar porque no cerraron su ciclo allí como si hicieron los ‘losties’. Volvieron para reencontrarse en vida. Nora salva a la cabra y deja caer sobre sus hombros las cuentas, los pecados del mundo. Esta fue su redención, no el más allá. Si decidimos creerla, entendemos que el viaje le sirvió para comprender que su vida no estaba con su familia sino con Kevin. Y si no decidimos creerla, sabemos que el intento del viaje, el estar al borde de la muerte, le dio esta misma comprensión.
La serie tiene un efecto curioso. Si has visto el final de ‘Lost’ tienes un extra bonus, ya traes los deberes hechos. Como ya he dicho, juega con códigos similares y no tienes que hacer el ejercicio de asumirlos para leer la historia. También te subjetiviza en cierto sentido, y te da unas expectativas y perspectivas diferentes. ¿Será como ‘Lost’? ¿Será otra cosa? Volvemos a las cuestiones de fe. ¿Creer en Lindelof? ¿No creer? Es una especie de metatexto legible a distintos niveles. Una serie compuesta de capas. Si te gustó el final posiblemente creas en Nora, si no te gustó posiblemente no lo hagas.
¿No es esta la redención de Lindelof? ¿No nos dejó el final de ‘Lost’ hace 7 años -los mismos que esta tercera temporada dista de la marcha repentina- el mismo vacío que la desaparición de ese 2% dejó a los que se quedaron? ¿No hay todavía fumadores de blanco que no aceptaron el final de la serie de la ABC exigiendo que no olvidemos lo que hizo Lindelof? ¿Qué no le perdonemos? ¿No es ‘The Leftovers’ el regreso a este purgatorio paralelo con la finalidad de hacernos seguir adelante? ¿De aceptar lo que se nos dio o de «let the mystery be«? ¿No es ‘The Leftovers’ una serie para resolver tus deudas con ‘Lost? Pensadlo.
Promo del final de The Leftovers
A mi sinceramente me ha parecido un despropósito. Lindelof se dedica a ir introduciendo ideas macabras sin ningún tipo de sentido, según desayunaba una idea nueva para la serie. Personajes que entran y salen de la serie sin sentido, historias sin ningún tipo de sentido. Y un final bochornoso. No se que se fuma este lindelof ahora de escribir sus guiones pero destrozo en su día perdidos, estuvo a punto de cargarse la saga alien y ahora esto.
Mucho Lost y poco The Leftovers
Al final el autor determina sus obras, es indispensable analizar a Lindelof si sus mundos están tan conectados.
Muy buen análisis de una magnifica serie.
La serie es maravillosa desde principio a fin. Gracias por leernos 🙂
gran texto,tocayo. te dejo más impresiones , porque de The Leftovers, siempre son pocas : https://elcadillacnegro.com/2017/06/06/the-leftovers-obra-magna/
Por supuesto, muchas gracias 😉
Espectacular analisis de la mejor serie que hay
Gracias 🙂