
Crítica de la Novena Temporada de Supernatural: Turno de los Ángeles.
Supernatural es la serie más longeva de The CW y todavía una de las más vistas de la cadena, algo que ha quedado más que claro con su final de temporada, el final más visto de esta temporada en the CW de entre todas sus series con un 1,1 de rating y casi 2 millones y medio de espectadores.
Así, es lógico que la cadena siga renovando la serie temporada tras temporada, y aunque sus datos no muestran el desgaste sí que lo hacen sus tramas y sus personajes en bastantes momentos a lo largo de la temporada (y desde hace ya varias). La peor temporada de Supernatural siempre será la séptima, de eso creo que no hay ninguna duda. A partir de ahí, la serie aprendió que había que volver a centrarse en lo que realmente siempre funcionó, es decir los episodios con el monstruo de la semana (vampiros, fantasmas, hombres-lobo…) y darle a ángeles y demonios el peso de la trama lineal de la temporada. Así, la novena temporada se ha centrado en dos aspectos: la caída de los ángeles a la Tierra y el ascenso de Metatron como nuevo Dios en el Cielo y la batalla por el Infierno que han llevado a cabo Crowley y Abaddon.

La trama de Abaddon ha sido probablemente la más interesante, llevándonos a un juego de alianzas y traiciones en el Infierno en favor del último caballero del Infierno que existe, el que debería haber sido el demonio más poderoso al que se han enfrentado los hermanos Winchester hasta ahora (siempre con la excepción de Lucifer) pero que finalmente ha cedido rápidamente. Esta trama nos ha traído incluso viajes al pasado para conocer mejor a los “Hombres de Letras”, a Henry Winchester y los orígenes de Abaddon en la Tierra que más tarde dieron lugar a sus planes en la actualidad: robar almas y construir un ejército de demonios con ellas. Como digo, esta trama tenía potencial para haber tenido más importancia e incluso ser central a lo largo de la temporada, pero se ha desaprovechado al usarla paralelamente a la de los ángeles. Vamos, que creo que ambas tramas daban para dos temporadas (una cada una), siempre sumado a las tramas secundarias y monstruos puntuales evidentemente, y en cambio se han eclipsado la una a la otra durante 23 episodios.

En el caso de los ángeles, la trama fue de más a menos con una potente caída de los ángeles a la Tierra como punto de partida. Miles de ángeles en la Tierra, sin sus alas y sin saber qué hacer que terminan uniéndose en pequeños clanes que se eliminan entre ellos. El caso de Bartholomew es otro de estos en los que un enemigo tenía potencial para dar mucha más guerra de la que finalmente ha dado, y que finalmente ha sido arrollado por el avance de las tramas. Metatron ha utilizado las tablas de los ángeles que él mismo escribió para potenciar su poder y convertirse en casi Dios. De hecho, es capaz de neutralizar un aro de fuego de aceite sagrado, algo que ni siquiera los Arcángeles pudieron hacer. Al final, parece que lo único que quería Metatron era convertirse en un nuevo Dios y ser adorado por la gente en la Tierra, aunque fuese a costa de derrocar a todos los ángeles y quedarse únicamente con los que le fueran fieles.

La temporada ha tenido de todo, monstruos semanales, viajes al pasado, capítulos metaliterarios (de estos que tanto les gusta a sus guionistas), posesiones angelicales de Sam, un Castiel 100% humano, la muerte de Kevin y las bienvenidas apariciones de Charlie o La Muerte, pero es su final el que deja mucho potencial de cara a una décima temporada que también espero sea la última. No me entendáis mal, me gusta Supernatural y creo que es de las pocas series que ha sabido mantener mi interés a pesar de contar con 9 temporadas, casi 200 capítulos y unos arcos argumentales bastante irregulares desde su sexta temporada. Pero creo que va siendo hora de dar por finalizada su trayectoria, que no es precisamente corta, y dejar paso a nuevos proyectos que refresquen un poco el panorama. Como he dicho antes, Abaddon terminó cediendo con suma facilidad ante un Dean totalmente controlado por la Marca de Caín y la Primera Espada. Precisamente ese capítulo centrado en Caín fue uno de los más interesantes de la temporada, de nuevo gracias a la capacidad de los guionistas por adaptar las historias bíblicas y darles un nuevo significado y sentido, siempre coherente con la mitología de la serie.

El final de Metatron fue muy distinto. Dean es capaz de enfrentarse a él gracias a la Primera Espada, pero Metatron sigue siendo demasiado poderoso y le vence, clavándole su propia espada y dejándole medio moribundo. Ya en el cielo, Metatron está a punto de hacerle lo mismo a Castiel pero justo antes y de forma muy predecible rebela sus malas intenciones y el poco interés que tiene por los ángeles, algo que todos oyen gracias a su nuevo truquito de intercomunicación angelical y que termina con Metatron en la prisión del Cielo gracias a que Castiel consigue destruir la tabla, la fuente de su poder. De nuevo en la Tierra, Dean muere (otra vez) y Sam intenta convocar a Crowley para hacer algún tipo de pacto. Lo que él no sabe es que eso no es necesario, porque dice la leyenda que Caín se convirtió en demonio después de morir clavándose su propia espada, exactamente igual que Dean. La última imagen del episodio, como no, es la de Dean convertido en demonio, una imagen muy potente para empezar su particular ‘décima’.

En definitiva, Supernatural ha vuelto a aprovecharse de todo aquello que sabe que le funciona a pesar de que en algunos momentos empieza a mostrar cansancio. El principal ejemplo de esto es la relación Dean-Sam, siempre rencorosa y traumática por ambas partes, aunque incoherente si tenemos en cuenta que una temporada falla uno y la siguiente es el otro, y finalmente terminan siempre reprochándose lo que tanto uno como el otro han hecho repetidas veces. La transformación de Dean en demonio no tiene porqué ser definitiva, de hecho Sam estuvo a punto de “curar” a Crowley en la anterior temporada, pero eso requiere de su propio sacrificio y teniendo en cuenta que necesitó la posesión de un ángel para curarse no sé si estaría dispuesto a volverlo a hacer. Tampoco contemplo que Sam termine matando a Dean y la serie acabe así. Sí lo haría si fuese al contrario (Dean siempre ha sido mi hermano favorito), así que espero que los guionistas sepan llevar esto en una dirección correcta.

La décima temporada de Supernatural se estrenará probablemente en octubre. Podría ser la última o no, dependiendo del éxito que coseche y del cansancio de sus actores protagonistas, que llevarán ya 10 años encarnando a los mismos personajes. The CW ya ha anunciado que aunque el spin-off Bloodlines no funcionó, van a seguir intentando nuevos spin-off’s, por lo que es cuestión de tiempo que den con el bueno y que finalmente puedan sustituir a su serie más longeva. Por cierto, esa décima temporada hará que la serie alcance los 200 capítulos y han ascendido a Crowley (Mark Sheppard) y Castiel (Misha Collins) a personajes regulares de nuevo.
Review Overview
6,5 - BUENO
BUENO
Supernatural recupera a ángeles y demonios como enemigos principales pero hace competir dos tramas con potencial que se han ido anulando entre ellas a lo largo de sus capítulos.
La mejor serie del momento sin duda alguna.Ya vamos por la decima temporada como Dios manda.