Desde que el jefe de programación de ABC, Paul Lee, abandonó la cadena y le cedió el mando a Channing Dungey, ABC ha intentado solucionar algunos de los principales problemas de su programación. Para conseguirlo, Dungey afirmó en los pasados Upfronts que querían hacer más series procedimentales, que normalmente suelen fidelizar más a la audiencia porque permiten perderse uno o dos capítulos sin perderse la trama horizontal de la serie. Conviction se postulaba como ese procedimental que la cadena estaba buscando esta nueva temporada pero ha fracasado estrepitosamente, tanto en audiencias como en el resultado creativo.
Liderada por Hayley Atwell, a quien vamos a echar mucho de menos como Agent Carter, Conviction nos habla de una unidad legal que se dedica a revisar sentencias judiciales en busca de casos en los que los acusados fueron considerados culpables de forma errónea. La líder de esta nueva unidad es Hayes Morrison, hija de un expresidente de Estados Unidos conocida por haber llevado una vida muy distinta a lo que se esperaba de su posición. Drogas, relaciones sexuales con alumnos de la Universidad donde daba clases y las desavenencias con sus padres son algunas de sus cargas personales.
Pero más allá del interés por su actriz protagonista, Conviction no ofrece nada que no hayamos visto ya: una protagonista que es la mejor en su campo pero cuya personalidad la lleva a poner al mundo en su contra, desde los clientes a los que defiende hasta sus compañeros de trabajo. Hayley está estupenda, pero un personaje de este tipo necesita algo más para aguantar el peso de toda una serie dramática y Conviction se queda muy corta en todo lo demás.
El caso que presenta, aunque intenta jugar con el racismo y la polémica, se antoja demasiado débil para un piloto. Tampoco conocemos a los personajes que rodean a Hayes, ni sus inquietudes, ni sus objetivos ni nada que nos pueda hacer sentir curiosidad por ellos, y lo poco que nos cuentan lo ejecutan de una forma muy pobre. Quizás Frankie (Manny Montana), el ex-convicto, es el único al que nos dibujan muy por encima al mostrarnos su relación con otro preso. Sí, Sam (Shawn Ashmore) es un hombre ambicioso; Tess (Emily Kinney) esconde un secreto sobre su pasado, y Maxine (Merrin Dungey) es una ex-policía con cierta resistencia a deshacer el trabajo de sus ex-compañeros. Pero nada de eso nos acaba importando.
Ni siquiera la rivalidad de Hayes con Wallace (Eddie Cahill), el némesis que todo personaje de este estilo necesita y con el que tiene esa tensión sexual no resuelta, tiene la suficiente presencia como para darle un mínimo interés al piloto. Sí que avanzan que Hayes acabará yendo tras alguno de los antiguos casos de Wallace, pero todo lo que nos muestran en el piloto es insuficiente para generar ningún interés de ver algo más. A favor de Conviction diré que su visionado no se hace pesado ni largo, es un entretenimiento más o menos digno para cuando no tienes nada mejor que hacer, pero en un momento donde las series se multiplican cada año casi por arte de magia, deja mucho que desear.
Conviction demuestra lo mal que se puede hacer una serie cuando nadie le echa ganas a su desarrollo y cuando se confía en que su formato y su actriz protagonista serán suficientes para atraer al público. No lo fue, su estreno fue el peor de lo que llevamos de temporada con un 0,9 de rating y no me extrañaría en absoluto que el público no le diese más oportunidades y acabase siendo la primera cancelación de la temporada.
Trailer de Conviction (ABC)
Review - 'Conviction' (ABC)
FLOJA - 4
4
FLOJA
A pesar de la presencia de la siempre bienvenida Hayley Atwell, Conviction demuestra lo mal que se puede hacer una serie cuando se confía demasiado en el formato y nadie le echa ganas a su desarrollo.