Misfits acaba intentando recuperar su esencia

Misfits acaba intentando recuperar su esencia

Misfits cierra el ciclo, su quinta temporada será la última de la serie y mejor así, dejémosla descansar y tener un recuerdo bueno de ella. Alargar más la ficción sería un error que cualquier productor ejecutivo con una mínima inteligencia entendería que no se debería hacer. Por ello, principalmente E4 decidió acabar con ella tras 5 temporadas y 37 episodios el pasado diciembre de 2013.

La quinta temporada de Misfits fue en mi opinión demasiado irregular, buscó volver a los orígenes de la misma y no dar una nueva personalidad a los nuevos protagonistas, error de principiante que hizo de muchas personas perdieran la ilusión por una serie que marcó a toda una generación y que en cierta manera revolucionó el género de los superhéroes. Misfits acaba intentando recuperar su esencia, pero no lo consigue.

Los personajes de la primera temporada, Nathan, Simon, Alisha, Kelly y Curtis, crearon un carisma demasiado alto para que después vinieran otros a sustituirlos. Lo que se debió hacer en su momento fue resetear la historia y conseguir provocar una mayor empatía de los nuevos: Rudy, Abbey, Finn, Alex y Jess. Si bien los primeros fueron la novedad y tenían una profundidad como personajes bastante compleja, los segundos han quedado demasiado en la superficie y no han conseguido calar tanto.

Yo no soy de los que piensas que unos sustituyeran a otros, pero es cierto que solamente Rudy ha conseguido tener su propio aura como personaje principal y quizás en menor medida Finn y Alex. Son los personajes femeninos de la última temporada de Misfits los más planos y más prescindibles, pues Abbey aunque conozcamos su poder no tiene apenas interacción y Jess es un personaje construido en la incongruencia, como por ejemplo cuando necesita usar su poder y ni siquiera los propios guionistas se acuerdan que lo tiene (lo necesita para ver tras una puerta en el 5×06, pero no lo hace)

Así, el fallo en el guión y la poca empatía de los principales secundarios en la temporada, ese grupo de terapia de superpoderes que nunca consiguió despertar nuestro interés o los miembros que estaban destinados a ser superhéroes, no hizo más que alargar una temporada llena de relleno y despropósitos.  Misfits acaba intentando recuperar su esencia en todos esos aspectos, pero no consigue ni llegar a se lo que fue ni construirse una nueva imagen.

Sí es cierto que la serie sigue teniendo momentos cómicos muy buenos, como el poder absurdo de Alex, los poseídos por el grupo de scout demoníacos o la señora que teje el futuro, pero esas pinceladas de exceso y originalidad que fue Misfits se fueron aguando a través de los episodios, dejándonos un final descafeinado y sin mucho sabor.