Luís M. Seguí se reinventa con sus ‘Grandes Éxitos’

Luís Miguel Seguí, el actor que encarnó al recurrente Leo Romani en La Que Se Avecina, ha decidido pasar página, abandonar la pequeña pantalla y reinventarse con un show repleto de humor y música. En Grandes Éxitos el público podrá disfrutar de la estupenda faceta teatral del intérprete, un monólogo escrito por Rubén Tejerina a modo de crónica, un relato sobre las peripecias de un artista que, después de que el futuro trunque sus opciones de representar a España en Eurovisión, se abandona a las pequeñas celebraciones y los cabarets de poca monta. Ciertamente, el personaje que representa Seguí en el escenario no dista demasiado de ese pobre diablo ingenuo y poco talentoso con excesiva confianza en sí mismo y al que no parece afectarle su evidente deformación de la realidad.

Grandes Éxitos, que se puede disfrutar desde el 8 de mayo en el Gran Teatro de Príncipe Pío, es una parcela donde se encuentran los hits de Raphael, El Puma o José Luís Perales, pero cantados por una voz peculiar, configurada a la antigua usanza. La mediocridad y el absurdo se dan cita en un teatro que intenta ser fresco pero al que le cuesta sobremanera salir de esa atmósfera a la que está acostumbrada el público. La misma que aparece cuando se presenta un personaje que cree ser la solución a todos los problemas y no es más que el problema principal, un fraude que trata de ocultarse bajo una pila de mentiras pero, como el cojo bisoño, no puede escapar a la perspicacia de su entorno. La obra no abusa del estereotipo, dejando espacio para la fluidez de su comicidad, y también para que Seguí explote a su personaje a pleno rendimiento.

Aunque la estructura del guión es simple y a la narrativa del monólogo le falta cierto ritmo, no deja de ser una obra disfrutable y a ratos entretenida. En ese aspecto, Tejerina y Seguí tratan de desengrasar el insistente motivo del personaje con la introducción de nuevos personajes -las llamadas en directo le dan otra dimensión al monólogo- y ampliando el abanico de su premisa. Un abanico donde la decadencia interna del personaje y la ternura con la que éste mira en derredor, consiguen empatizar con el espectador más escéptico. Una obra que, a pesar de sus llaneza y clasicismo, es completamente certera en su objetivo por divertir –con no poca profundidad– al gran público.

Review de 'Grandes Éxitos'

BUENO - 6

6

La mediocridad y el absurdo se dan cita en un teatro que intenta ser fresco pero no consigue salir de esa atmósfera a la que está acostumbrada el público, la misma que aparece cuando se presenta un personaje que cree ser la solución a todos los problemas y no es más que el problema principal.

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Sobre Mario Álvarez de Luna

Periodista cultural | Crítico cinematográfico | Analista televisivo.

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