Hace aproximadamente un año, José Luis Gil, conocido por ocupar la presidencia de una de las comunidades de vecinos más famosas de la televisión nacional, debió de emular a su personaje Boris y preguntarse si la cosa funcionaría. A día de hoy, si Woody Allen nos dejase interactuar con Boris de la misma forma que permite que sus personajes se dirijan a su público, le diríamos que sí, que no se preocupase por que la cosa no sólo funcionó, sino que funciona de nuevo.
La obra basada en la película homónima de Woody Allen, vuelve a los escenarios y cambia el Cofidís Alcázar por el Teatro Maravillas del agitado barrio de Malasaña en la capital española, pero mantiene reparto, dirección y puesta en escena para contarnos la historia de Boris o mejor dicho, para que Boris nos cuente su historia. “Si la cosa funciona” nos traslada a una Nueva York tan cercana como excéntrica en la que conviven artistas y científicos, católicos procedentes del Sur e intelectuales ateos, pesimistas y jóvenes con ganas de comerse el mundo que no hacen si no evidenciar los contrastes en los que se basa la película de Allen y que Alberto Castrillo-Ferrer traslada con buen ritmo al escenario.

“Si la cosa funciona” es una comedia que se ríe de los tópicos y los transforma al ponerlos cara a cara. Los diálogos siempre ágiles de Woody Allen se ven reforzados por una puesta en escena atractiva que no olvida que viene del cine y como tal se articula mediante imágenes, complementadas con una banda sonora sugerente y envolvente que nos traslada a la Nueva York más cosmopolita.
Pero más allá de los aspectos positivos heredados de la versión cinematográfica, “Si la cosa funciona” encuentra uno de sus puntos fuertes en un elenco con química, bien engrasado y en el que José Luis Gil sorprende por la diferencia con sus papeles anteriores. Boris es un Scrooge de nuestro tiempo, nihilista, pesimista y escéptico que, sin embargo, y en gran parte, gracias a la interpretación, consigue llegar al espectador y ganarse su comprensión y sus risas, al tiempo que Ana Ruiz despierta en el espectador la sonrisa sincera que genera el humor inocente.

“Si la cosa funciona” es una obra de contrastes, de opuestos que se complementan y se ayudan a mejorar en la vida. Una comedia que condensa toda la esencia de Woody Allen en el escenario y que, en principio, sólo podrá disfrutarse hasta la primera semana de julio.
REVIEW DE 'SI LA COSA FUNCIONA'
BUENO - 6.5
6.5
Risas para escépticos y amantes del humor negro. José Luis Gil deja atrás sus años de presidente de comunidad de vecinos para convertirse en un hipocondríaco entrañable que convence.