Crítica de la película La Novia de Inma Cuesta

Crítica de La novia

Crítica de la película La Novia de Inma Cuesta

Adaptar a Lorca puede ser uno de los retos más difíciles a los que se enfrente un guionista y director, página en blanco mediante. El intrincado mundo interior del poeta de Granada se antoja complejo, máxime cuando el propio autor solía tener una idea muy concreta de cómo tenían que representarse sus obras en escena.

En el caso de La novia, segundo largometraje de Paula Ortiz después de la interesante De tu ventana a la mía, se puede decir que el objetivo ha sido cumplido y la obra de Federico respetada en su trazo grueso y lo más importante mimada en sus líneas más liricas y profundas.

Para adaptar Bodas de sangre lo primero era acertar con el casting. En este caso Inma Cuesta nos regala una novia sublime, atormentada por la pasión y guiada por el fátum, declamando los versos de Lorca como si le salieran de las mismas entrañas, emocionando al espectador e inflamando el film del sentimiento trágico al que están abocados los personajes desde el comienzo.

Si La novia funciona como una película redonda es sin duda gracias a ella. Álex García en el papel de Leonardo y Asier Etxeandía como el Novio no desentonan en unos roles mucho menos complejos que sirven como motor del relato. Hay que remarcar el especial mimo con el que se tratan las palabras del poeta. En vez de recitar el texto, las palabras nacen de dentro de los actores y eso consigue humanizar aún más a los personajes de manera que el sentimiento dramático es aún mayor.

El simbolismo y el mundo onírico tan presentes en la obra original, se ve reforzado por una fotografía magistral. Los dos mundos, real y onírico, no dejan de entrecruzarse en todo el film, tejiendo secuencias salpicadas de surrealismo que refuerzan el carácter metafórico y simbólico. Una fotografía certera se encarga de separar estos mundos.

Un elemento complejo e interesantísimo es la atemporalidad en la que se mueve la obra. Paula Ortiz y su equipo de arte se han preocupado de no proporcionarnos dato alguno para saber en que época se desarrolla la historia. Y esto ayuda a reforzar el simbolismo más radical que posee la obra Lorquiana.

En el apartado de localizaciones también raya a un nivel altísimo La novia. Los Monegros Aragoneses prestan su desierto y la Capadocia Turca su especialísima estampa, con formaciones geológicas barrocas y amenazantes, a la película para dar un paso diferente en el universo imaginado por Lorca. En este caso el cambio de escenario no afecta al espíritu de la obra. Refuerza los símbolos y la hace completamente universal.

Las historias trágicas, en las que los personajes se mueven siguiendo los hilos que teje el destino para ellos requieren de una implicación actoral y de una dirección a la altura para lograr conmover al espectador. Partiendo de una obra difícil de adaptar pero con mucho potencial, Paula Ortiz consigue una película visceral, bella y trágica que presta sus espectaculares imágenes al servicio de los versos atormentados de Lorca.

Tráiler de La novia

Sobre p.garcia

Comunicador, periodista, guionista y estudiante de cine. Intento hacer crítica constructiva y útil para el lector.

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