Sinopsis
Un sicario y un médico que trabajan para un cártel del narcotráfico reciben un «paquete» inusual: una niña de 10 años, hija del jefe de una banda rival, a quien tendrán que custodiar hasta que reciban la orden de cortarla en pedazos o dejarla en libertad. La niña pronto se dará cuenta de que su única posibilidad de sobrevivir será llegar a las profundidades de la psique de sus captores y averiguar si les queda alguna pizca de humanidad. (FA).
Crítica
De una idea con perspectivas posiblemente edificantes y de la misma manera que ocurrió con Negro Buenos Aires (2009), Daniel Faraldo y Ramón Térmens se lanzan al thriller psicológico con escasez de presupuesto, al thriller incoherente, al que flaquea entre cliché y tópico. El Mal Que Hacen Los Hombres respeta la lentitud de un cine independiente cocinado a fuego lento, sin embargo, cineasta y guionista se olvidan del ritmo, del espectador y hasta de controlar las incongruencias narrativas. Un segundo intento fallido, una segunda oportunidad vapuleada sin ninguna razón mas que solventar la papeleta en el menor tiempo posible.
La sensación de estar presenciando una obra de puro narcisismo, el delirium tremens de una historia no tan absurda como pinta el guión, evita apreciar cualquier vestigio de una realización diferente, de una fotografía trabajada, de algún detalle por el que merezca la pena aguantar la lentitud de un thriller excusado en la prosa de un Faraldo que escribe sin soltura y un Térmens que rueda sin dinamismo. El Mal Que Hacen Los Hombres transmite bostezo, un aroma inefable a trama infantil aunque la temática sea de una madurez soberbia. Previsible desde la primera pista aunque se esfuerza en crear la duda, el debate y el precio de una redención bondadosa. Ciertamente mantiene esas zonas limítrofes, intenta tapar la decadencia del guión con facilidades para el espectador, con una previsibilidad que les es indiferente, pues una cosa es clara; el experimento vive por y para mostrar a cualquier precio (tirando a la baja) una historia sin ningún rigor, sin tan siquiera algo detrás del ridículo misterio, del ridículo bilingüismo y del ridículo desarrollo.
Se siente cómodo cuando la serie B comanda la secuencia (rara vez alguna no lo es), se gusta cuando emponzoña de convencionalismos las atmósferas de grandes obras, pero se equivoca tremendamente cuando adopta el todo-vale-si-es-serie-B. No es que Faraldo haya ejecutado una película poco plausible frente al mercantilismo, que también, sino que siendo pretencioso en su moraleja, aburre condenadamente. Es ese cine donde dos amigos se ponen a prueba en un género aún inexplorado, donde el espectador debe ser amigo para entender la majadería estructural, para entender qué quiere decir con el cúmulo de situaciones que invitan al retrato social de una Centro-América donde las mafias familiares llegan hasta el límite ético de un sicario sin aparentes escrúpulos. Y de ese sicario, Térmens firma un flashback intrascendente, síntoma latente durante toda la película, intentando agarrar la genialidad mientras mira con recelo como ésta se aleja irremediablemente.
Donde Andrew Tarbet es el superviviente desesperado en la ciudad sin ley, Sergio Peris-Mencheta el adalid de la chulería lisonjera y Priscilla Delgado la voz de la inocencia (en todos sus sentidos), Faraldo encarna al último sicario con cierta deontología. Se acercan a los perfiles, a la redención, a la ternura y a la piedad, pero no se hacen creíbles, no aportan la particularidad a unas identidades asesinas que buscan su lugar en el entredicho y la pugna socio-cultural, como bien redacta Amin Maalouf en su ensayo.
El Mal Que Hacen Los Hombres es una nadería que bien podría haber significado mucho para el género en los países donde la situación es tratada con normalidad. Le falta seriedad, sobriedad en sus decisiones estructurales, en sus planos lineales y en el trabajo actoral bajo los clichés bienintencionados sin ánimo de ofensa. La acritud del tema no soporta un final tan falto de sentido.
Tráiler de El Mal Que Hacen Los Hombres
Review
3 - 3
3
Suspenso
Le falta seriedad, sobriedad en sus decisiones estructurales, en sus planos lineales y en el trabajo actoral bajo los clichés bienintencionados sin ánimo de ofensa.