Llega a nuestras pantallas ‘Silencio’, la tercera película del Scorsese más intimista, junto a ‘La última tentación de Cristo’ y ‘Kundun’ completa la trilogía de su particular viaje espiritual, donde busca contarnos historias y darnos respuestas a través de la profundidad de la fe. Basado en el libro del mismo título ‘Silencio’ de Shusaku Endo, que el propio Scorsese leyó en 1988 mientras viajó a Japón para colaborar con el maestro Akira Kurosawa, el director americano tenía muy claro que llegaría el momento de llevar esta historia de fe a la gran pantalla.
Quería pensar más sobre la fe, cuestionarme, buscar su significado, lo qué es o no es, cómo existe, no quería imaginarla sino vivirla. Cuando leí el libro de Endo supe que tenía en mis manos algo muy profundo. Desde el momento en que lo terminé quería convertirlo en una película. El único problema era que no tenía ni idea de cómo hacerlo, por eso he tardado tantos años en encontrar la manera de interpretar el film
Sinopsis de ‘Silencio’
En la segunda mitad del siglo XVII dos jóvenes sacerdotes jesuitas, el padre Rodríguez (Andrew Garfield) y el padre Garrpe (Adam Driver) viajan a Japón en busca de su mentor, el padre Ferreira (Liam Neeson) que tras ser capturado y torturado ha renunciado a la fe. Japón en esa época era un territorio violento y hostil que perseguía a quién procesaba la religión cristiana.
Critica ‘Silencio’
El viaje que nos propone Scorsese con ‘Silencio’ es duro, trascendental, violento y agónico. Es una lucha de Oriente contra Occidente, de la fe cristiana contra fe budista, del inquisidor japonés contra el padre jesuita, un debate teológico en busca de la fe verdadera donde no hay vencedores ni vencidos, sino que lo que realmente nos quiere mostrar es la fe interior de las personas en situaciones extremas. Es ahí donde se plantean las dudas más existenciales y la reflexión interior del ser humano por encima de los iconos religiosos, eso es lo que pretende con esta película Martin Scorsese, el silencio de la reflexión.
Los padres jesuitas Rodríguez y Garrpe desembarcan en Japón para intentar encontrar a su mentor, el padre Ferreira, que ha sido sometido por parte del inquisidor japonés y parece haber apostatado de la fe católica. Japón perseguía la religión cristiana de manera violenta porque para ellos era la invasión de Occidente contra sus propias creencias. Desde la clandestinidad, devotos del cristianismo encuentran a los padres jesuitas para acogerlos, es en estos momentos donde vamos a disfrutar de las escenas más pacíficas y humanas de la película a través del sacramento de la confesión y los hábitos religiosos. Estos momentos serán un auténtico contraste cuando entre en escena el inquisidor japonés Inoue, un villano que tiene una doble misión con sus torturas físicas y psicológicas. Con los traidores compatriotas que han apostado por el cristianismo no muestra ninguna piedad con sus vidas, pero con los jesuitas no busca una muerte física, su verdadero triunfo es que renieguen de su fe cristiana para poner fin a su tormento, para ello solo han de pisar una imagen cristiana y serán liberados.
Scorsese es un excelente director de actores, ha demostrado que es capaz de sacar lo mejor de ellos, trabajar con él es una gran responsabilidad, pero a la vez te puede catapultar a otro nivel y eso es lo que pasa con los dos jóvenes actores elegidos para interpretar a los padres jesuitas. Andrew Garfield (‘Spider-Man’, ‘La red social’) y Adam Driver (‘Star Wars: El despertar de la Fuerza’, ‘Paterson‘) están extraordinarios, sobre todo sorprende en el caso de Adrew, que lleva todo el peso de la película, era una apuesta algo arriesgada porque hasta ahora no había interpretado papeles con exigencia interpretativa y su trabajo brilla con luz propia, al igual que Adam Driver, en su caso sí que nos había dado muestras de talento, aun así el ‘bautizo’ en una película como esta te pone en primera línea de atención y ambos pasan con nota. Liam Neeson, protagoniza el cartel de la película, está muy solvente en sus escenas, el problema es que sus apariciones se hacen cortas y se echa de menos que aparezca más, aunque cuando lo hace deja constancia de su gran categoría. Pero ahí no queda todo, el reparto japonés, liderados por los desconocidos Issei Ogata y Tadanobu Asano, no va a la zaga de los actores americanos, sus interpretaciones también son notables, es posible que la risa constante del villano japonés al que da vida Issei pueda parecer histrionisa y su personaje algo excesivo, a mí me gusta, ya que le da cierta ‘vida’ a momentos cumbres de la película. La elección de actores, por tanto, es un punto a favor de Martin Scorsese.
La fotografía, que corre a cargo de Rodrigo Prieto, también esta cuidada con esmero y representa la época con brillantez, sus exteriores y los planos cenitales o los angulares con teleobjetivo son increíbles, pero no es oro todo lo que reluce, ya que buena parte de la película se realiza en interiores oscuros y con una sensación de claustrofobia que contrasta con sus exteriores. Estas últimas tomas, debido a la historia, se muestran en exceso y le resta a la película esa brillantez inicial en este aspecto.
Soy un gran admirador de Martin Scorsese, es uno de mis directores favoritos, pero por encima de todo me gusta ‘el otro cine de Scorsese’. Sus grandes obras como ‘Uno de los nuestros’, ‘Casino’, ‘Infiltrados’, ‘El color del dinero’ o ‘El cabo del miedo’, si tengo que elegir películas intimistas, me quedo con ‘La edad de la inocencia’, ‘Taxi Driver’ o ‘Toro Salvaje’. Sus películas religiosas no me llegan y por lo tanto ‘Silencio’ tampoco lo hace, supongo que, para gente con creencias religiosas, no es mi caso, es posible que este tipo de cine remueva por dentro y saque grandes conclusiones. Considero ‘Silencio’ una película bien hecha a nivel técnico, pero ni mucho menos el cine notable al que estamos acostumbrados, la comparativa con su propia filmografía la hace perdedora, entre otras cosas porque su duración es excesiva, 159 minutos de metraje no justifican una historia que da para menos, eso la hace aburrida por momentos y tediosa en algunas escenas que se repiten sin parecer avanzar hacia una dirección concreta. Esta película tiene un problema con el ritmo y también hay que destacar que la voz en off, se muestra en exceso ralentizando ese ritmo narrativo, no es ni mucho menos una obra redonda, pero tiene momentos brillantes e interpretaciones solidas, aun así, no podemos guardar ‘Silencio’.
Tráiler de ‘Silencio’