’10 Cloverfield Lane’: Crítica

Una joven sufre un accidente de coche. Cuando despierta se encuentra encerrada en una celda bajo tierra, secuestrada por un hombre extraño que dice haberla salvado del día del juicio final. El excéntrico captor asegura que el exterior es inhabitable por culpa de un terrible ataque químico, algo que no sabe si creer. Es así como comienza su pesadilla, en una espiral de desconocimiento. La mente del criminal es infranqueable, y ella tendrán que intentar analizar a su enemigo para conseguir sobrevivir. (FA).

Crítica de ’10 Cloverfield Lane’

Diametralmente opuesta a su teórica precuela, Cloverfield (Matt Reeves, 2008), 10 Cloverfield Lane mantiene un ritmo menos bamboleante, un ritmo que atenaza al espectador y le hace sentir claustrofobia, inquietud e incertidumbre. La dirección del debutante cineasta, Dan Trachtenberg, está contagiada de la maestría narrativa de J.J. Abrams -productor de la película-, de la facilidad para construir tres únicos personajes que siembran la trama paulatinamente, para recoger sus frutos con vehemencia. Fructuoso thriller psicológico, juguetón que, sin embargo, comete el error de recordar de quién es sucesora y abandonarse a la ética de mercado.

Damien Chazelle, Josh Campbell y Matthew Stuecken escriben un guión -en un primer momento llamando The Cellar, y con un final alternativo- magníficamente construido, desde el clima, la lúgubre fotografía y esa mezcla de géneros donde el pretexto es una amenaza apocalíptica venida del espacio exterior. Y bien, donde parece que War Of The Worlds (Steven Spielberg, 2005) va a tener un refresco a la altura de las circunstancias, aparece la brisa a desconfianza, la incertidumbre del espectador sobre lo que está por venir y el definitivo empuje hacia una atmósfera de paranoia, reconciliaciones buenistas e, incluso, hasta la condescendencia hacia el personaje de John Goodman -pobre hombre, tan sólo y desesperado. Estructuralmente, 10 Cloverfield Lane -hasta los últimos 10′- encaja con las construcciones de Hitchcock, con el suspense progresivo, con la claustrofobia de una única localización, pero continuos movimientos argumentales. Ciertamente, la película no explora a los personajes -aunque sí los retrata-, no estrecha la relación entre el género inicial y al que se encomienda más tarde, sino que todo parece impostado, grabado a fuego y contra la voluntad de una historia a la que le sobra toda la parafernalia taquillera y, con ella, la indestructible premisa real: «ha venido a disfrutar de la ciencia-ficción, aunque sea el thriller quien domine la situación, y la segunda entrega de una franquicia que trata de disimular que lo es«.

Tratchtenberg -influenciado por las políticas de Abrams, así como recolector de su estilo y agilidad en la sucesión de planos- se ayuda de los encuadres creados por Jeff Cutter para profundizar en la imagen, en la esquizofrenia paranoide de la vigilancia constante, de las sombras que apremian a la supervivencia y del escepticismo de las mismas, para profundizar en las claves que, imprevisibles, instalen la indiferencia en el espectador ante un final intrascendente, un final al que le falta contundencia. 10 Cloverfield Lane es un thriller por capas, rodado con ritmo y que termina claudicando ante las convenciones genéricas como el individuo que, contrariado, se lanza a los brazos de quien le traicionó, con tal de no quedarse solo.

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El clima, sin duda protagonista, gana importancia cuando Goodman aparece en escena en un perfil distinto, agresivo y, en ocasiones, conmovedor. El trabajo del director con Mary Elizabeth Winstead y John Gallagher Jr. es magnífico, ambos víctimas de la subtrama, víctimas de la incertidumbre y culpables de la tensión, in crescendo, de la historia. Sirve como demostración del pequeño-gran-cine que se esconde tras la austeridad en los escenarios, el talento en el guión, y el trabajo de tres intérpretes que, sin dobleces, incrementan el valor de la obra.

Teniéndolo todo para triunfar, sin artificios ni fenómenos startrekianos -en referencia al espectáculo de Abrams en su Star Trek (2009 y 2013)-, para acabar con los clichés del género y establecerse como líder del nuevo orden cinematográfico de la ciencia-ficción, 10 Cloverfield Lane balancea tanto la construcción, que ésta termina cayendo ante la codicia de su única pretensión; ser un éxito en las salas internacionales.

Tráiler de 10 Cloverfield Lane

Review

6,5

BUENA

'10 Cloverfield Lane' balancea tanto la construcción, que ésta termina cayendo ante la codicia de su única pretensión; ser un éxito en las salas internacionales.

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Sobre Mario Álvarez de Luna

Periodista cultural | Crítico cinematográfico | Analista televisivo.

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