Tras demostrar un eclipsante talento para narrar de forma íntima historias universales con su ópera prima ‘10.000 km’, el cineasta Carlos Marqués-Marcet aterriza de nuevo en la gran pantalla con ‘Tierra firme’. Con este nuevo trabajo, el director barcelonés realiza un ejercicio narrativo repleto de diálogos y silencios brillantes a partes iguales. Si por algo destacan sus historias es por lo mucho que cuentan con y sin palabras. Los gestos y las miradas de los protagonistas guardan mucho peso para ejercer de complemento óptimo, a un guion que vuelve a estar escrito con mimo.
Repiten en el elenco, con respecto a su primera película, la dupla actoral que tan buenos resultados le dio en su anterior largometraje. Tanto David Verdaguer como Natalia Tena vuelven a sacar lo mejor de ellos mismos para sumergir a los espectadores desde el minuto uno en la trama. Mucha culpa de esto tiene también una evolutiva Oona Chaplin. Los tres protagonistas consiguen con una naturalidad pasmosa que se genere interés y empatía con cada uno de los personajes.
‘Tierra firme’ se dedica a explorar desde bien temprano en el fondo de las relaciones humanas. Algo tan altamente complejo queda nuevamente muy bien representado desde el punto de vista de Marqués-Marcet. Sin florituras, el realizador afincado en Los Ángeles consigue que cada secuencia parezca propia de la no ficción, de tan creíble y sutil que resulta a los ojos del que ocupa la butaca. En esta ocasión con un tono más cómico, pero teniendo siempre presente ese halo de extrema tristeza que convive junto a los tres protagonistas. Una dualidad emocional que nos hace comprender y entender que ningún modo de pensar tiene por qué ser inferior a otro.
Porque es durante esos paseos cargados de silencios, tensión y necesidad de amar por tierra firme, cuando Eva, Kat y Roger encuentran la estabilidad necesaria al caleidoscopio emocional por el que atraviesan. Y es sobre el agua el lugar en el que los tres intentan encontrar un rumbo que ninguno de ellos está seguro si es el que quiere seguir. ‘Tierra firme’ navega por un canal con destino incierto, el de la juventud y su desembarco en madurez. Carlos Marqués-Marcet ejerce de timonel y pone viento en popa a toda vela para confirmarse como uno de los directores con más presente y futuro de nuestra industria. La belleza y el respeto de su cine merecen amarrar durante muchas semanas en los cines.
Tráiler de ‘Tierra firme’