Seguimos con nuestros particulares recopilatorios veraniegos y le damos la vez en esta ocasión a esas películas que nos mueven y remueven hasta la lágrima, que nos hacen desahogarnos de diferentes maneras. Por ello, y para hacer frente a esas listas interminables en las que se proponen una y otra vez los mismos títulos sin asumir que las lágrimas pueden saltarse por distintos tipos de emoción, en elrinconTV proponemos un llanto para cada tipo de espectador. 7 películas para llorar de amor, de risa o incluso de vergüenza, cine patrio y del país vecino que nos enternezcan y emocionen las vacaciones.

Para llorar de amor: Your Name
Como hemos prometido, empezamos alejándonos de los must-see más típicos (y tópicos) del llanto por cuestiones amorosas para proponer una de las películas más taquilleras de la historia de Japón. Your Name (Kimi no na wa) es ciencia ficción, pero también comedia, un romance intenso pero no maniqueo a través del tiempo, con un final que no deja indiferente ni al menos romántico.
Para llorar de impotencia: Techo y Comida
Hay auténticos dramas de la historia del cine capaces de generar un mar de lágrimas, sin embargo, tras la tristeza que las genera subyace un motivo cargado de matices. La impotencia, la incomprensión e incluso la rabia son las responsables de activar nuestros lacrimales en clásicos históricos como El Pianista o La Lista de Schindler. Pero también lo hacen la discriminación y la injusticia social en títulos como Precious e incluso las enfermedades que no entienden de edad como Still Alice, un drama lacrimógeno cuyas interpretaciones y trasfondo real hacen que nos emocionemos sin caer en el drama fácil. Desde elrinconTV proponemos Techo y Comida, un drama social que nos narra una situación demasiado cercana.
Para llorar de orgullo: Pride
Las lágrimas de impotencia a veces compensan con picos de emoción fruto del empoderamiento o la superación. Lágrimas de esperanza que empañan la amargura de determinadas situaciones como las que encontramos en la británica Pride, cuyo espíritu de reivindicación y unidad se encuentra condensado en una breve escena al compás del clásico ‘Bread and Roses’ que popularizara Judy Collins. Lágrimas que riman con las que pueden provocarnos títulos como Milk, Selma o Suffragette entre otros.
Para llorar conmovidos: Song of the sea
Volvemos a la animación para rescatar un inolvidable título irlandés: Song of the sea, literalmente, La canción del mar, es una fábula ancestral de dibujo cuidado al detalle y colorido mágico que conmueve de imagen a banda sonora. Imprescindible.
Para llorar de angustia: El hijo de Saúl
Si bien el 2016 también nos dejó otro título asfixiante como La Habitación, el Hijo de Saúl se lleva la palma. A diferencia de otras películas sobre el Holocausto como la ya mencionadas El Pianista, por ejemplo, El Hijo de Saúl, nos sitúa en el mismísimo centro del horror. Sus planos de seguimiento y sus encuadres sin resquicios no dan tregua, el dolor sugerido y, al mismo tiempo, explícito, abruma y lleva al límite a un espectador que creía que lo había visto todo sobre la Shoah.
Para llorar de nostalgia: Verano 1993
Si bien hablar de nostalgia implica hacer referencia automática a Pixar (y desde hace relativamente poco a Netflix) hay vida más allá del final de la tercera entrega de Toy Story y de ese inicio al más puro estilo Chaplin que nos regaló UP y al que no pudo resistirse ni siquiera la patata del Grinch; hay vida y es reciente y cercana.
Verano 1993 es una mirada a la infancia, a una muy particular que transcurre en los noventa. Si bien la ópera prima de Carla Simón no pretende recrearse en elementos concretos, el halo nostálgico está ahí, ayudando a tejer la trama y reforzando todas las emociones que es capaz de despertar y agitar. Un cóctel que deja huella.
Para llorar de risa: La familia Bélier
Una comedia dramática francesa, amable, de esas capaces de hacernos soltar una lagrimilla discreta al tiempo que esbozamos una ligera mueca. La familia Bélier, pertenece a ese cine francés que mezcla el drama y la comedia sin despeinarse y deja un poso de ternura y emoción casi inocente tras su visionado. Sensaciones que conocen también Intocable y Mañana empieza todo.
Pero si lo que queremos son comedias en el sentido más estricto del género no podemos dejar pasar clásicos como La vida de Brian o blockbusters como Los padres de ella, no obstante, como esto del humor es algo personal, quién escribe no puede evitar señalar Midnight in Paris como dueña y señora de este subapartado. Más que sonrisas, carcajadas y lágrimas.

Para llorar por narices
Por último, y ante la incapacidad de elegir tan sólo un título de entre tantos de patrón similar, nos tomamos la licencia de abrir un cajón desastre con aquellas películas para llorar, prácticamente, contra nuestra voluntad.
Hablamos de películas de géneros y estilos diversos que, no obstante, encuentran puntos comunes en su forma. Una suerte de superdramas a los que no les importa que conozcamos los puntos de giro con los que sus guiones pretenden sorprendernos o que intuyamos el final desde sus trailers, especialistas en meternos su narrativa y su BSO en el ojo, incomodándonos hasta que se nos escapen las lágrimas, aunque sea ligeramente.
Es el caso de una lista encabezada por La Vida es Bella y que podríamos no cerrar nunca: Bajo la misma estrella, El curioso caso de Benjamin Button, En busca de la felicidad, Million Dollar baby, Mystic River, La decisión de Anne, Un monstruo viene a verme etc. etc. etc…
¿Y tú? Dinos qué ves y te diremos por qué lloras (y viceversa)
Ay! Que de leer los títulos ya me pongo a llorar joder! Me encanta el post! Lloremos
jajajajajajaja muy buena la lista y muy acertada.